Acuden juntos a todas las concentraciones moteras que pueden. Este fin de semana disfrutan de su pasión en O Burgo
20 jun 2010 . Actualizado a las 02:00 h.María Novoa Pablo Martínez es uno de los organizadores de la concentración de motos que se celebra en O Burgo desde ayer al mediodía. Él y su familia son grandes aficionados desde hace años y cada uno siente los colores de su favorito de forma diferente cuando televisan una carrera. Sandra afirma que se montan líos en casa, porque ella, su marido y su hijo apoyan a Valentino Rossi y la pequeña es fan de Dani Pedrosa. Las carreras se viven intensamente, cada uno con la camiseta de su corredor preferido, animando desde el salón.
Están muy contentos con la concentración porque este año se inscribieron trescientas personas y calculan que pasarán por allí unas dos mil. Dentro de las actividades de la concentración hay paseos, un curso de educación vial para niños, conciertos, puestos de ropa, artículos para las motos y hoy habrá una mejillonada mientras se proyecta el Gran Premio de Gran Bretaña. Este año como novedad se encuentra la zona de acampada, que en otras ediciones no hubo posibilidad de instalar porque el encuentro se realizaba en la ciudad.
La relación de Pablo con las motos comenzó con 11 años, cuando empezó a andar en una Puch Maxi, después de esta vinieron cuatro motos de 50 centímetros cúbicos, luego dos de 125, para finalmente comprar dos de 600, una R6 y una Kawasaki GTR 1400. A Sandra no le interesaban las motos antes de conocer a Pablo, pero cuando comenzaron a salir le entró el gusanillo y ahora siempre que puede sale con la moto aunque sea para hacer un recado, es consciente que es complicado moverse siempre en moto sobre todo con los niños, pero cree que es más rápido que el coche y resulta mucho más fácil encontrar aparcamiento en la ciudad. Pablo, el hijo mayor, tiene una mini cross que utiliza en circuitos, pero está deseando sacar el carné y conducir una moto grande para poder ir circuito de Jerez con sus padres. Para un buen motero la concentración de Pingüinos en Valladolid y la carrera de Jerez son los encuentros más importantes del año. Y esta familia lleva sin perdérselos desde hace cinco. El año pasado tuvieron un pequeño incidente porque les robaron el tubo de escape. «Nunca nos habíamos preocupado por los robos, pero este año tuvimos la mala suerte de que nos tocó a nosotros», dice Sandra. El año que viene harán un viaje a Escocia, si consiguen llenar la hucha entre todos.