«Queremos que la gente oiga cómo sonaban estas motos, incluso algunas de velocidad, con las que vamos a hacer una exhibición», comenta Paco López, uno de los organizadores del III Encontro de Motos Clásicas de Oleiros. De su boca brotan marcas como Guzzi, Norton, Zundap o Royal Enfield. Al escuchar esos nombre parece que uno también puede percibir el sonido de sus motores. «Vamos a tener medio centenar expuestas y esperamos que finalmente acudan más de un centenar, algunas de los años treinta y las más recientes de los ochenta», comenta el encargado de convertir Oleiros en la capital de las dos ruedas de siempre. No se trata de una simple concentración motera, como tantas otras que existen en Galicia, sino que durante todo el fin de semana tendrán un mercadillo y exposición de piezas y repuestos en el instituto Miraflores. El domingo tomarán las calles oleirenses con un recorrido de 70 kilómetros y concluirán el encuentro con una comida.
«Estoy tenso, lo reconozco», me comenta con su inigualable estilo y simpatía Manuel Manquiña , momentos antes de subirse al escenario. «Dos funciones seguidas, todas las entradas vendidas, y en el Teatro Colón», comenta para explicar el motivo de su tenso viernes. Fue una noite de retranca acompañado por otro grande de la escena, Luis Zahera. Manquiña habló del papel de los hombres, defendió la masculinidad y también se refirió con gran cariño al coruñés Luis Piedrahíta , otro gran especialista en los monólogos. «Tiene algunos que ya son clásicos», apunta. Una de las grandes. Prácticamente enfrente, en el Rosalía, a unos metros de Zahera y Manquiña, la actriz Mabel Rivera protagonizó anoche la obra Master Class . La actriz ganadora de un Goya por la película Mar adentro encarnó a la soprano María Callas . Hoy y mañana habrá otras dos funciones de esta obra dirigida por Xosé M. Rabón . Ahí tienen a una de las grandes actrices gallegas.
«La convocatoria por Internet no ha salido todo lo bien que esperábamos y hemos tenido que captar a la gente por la calle», confesaba Sonia López , directora de márketing de Kenzo. El objetivo era hacer una amapola humana en la plaza de Pontevedra, pero se quedó en intento. Sin embargo, las amapolas que repartían, con esencia a Flower, el perfume anunciado, fueron todo un éxito. Las adolescentes hacían cola para recibir su flor y sacarse una foto, que saldrá en la página de Facebook de la marca. Y también hubo espacio para los detalles románticos. Un anciano se acerca al repartidor y le pregunta: «¿Puede darme una amapola para aquella señora?».