¿El fin de la ciudad de servicios?

A CORUÑA

11 dic 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Hace casi tres décadas, la ciudad inició su particular reconversión industrial. Los grandes polígonos, como la Grela y Pocomaco, cambiaron sus fábricas de transformación en otras de servicios, en un proceso imparable con el paso de los años. En A Coruña se quedaron Repsol, compartida por motivo de lindes con Arteixo, el puerto, y poco más. El alcalde de entonces, Francisco Vázquez, inició la mutación de A Coruña para convertirla en lo que definió como «una ciudad de servicios». Así, empezaron a florecer los centros comerciales y también la construcción, la hostelería y otros servicios complementarios.

Ese modelo vivió su máximo esplendor en cuanto a resultados económicos en la última década del siglo XX y en los primeros años del XXI. Se disparó la población residente en el casco urbano, pero también en todos los municipios de la primera corona metropolitana. Y con la llegada de más consumidores potenciales, los complejos comerciales y los hoteles siguieron incrementando su peso en la economía comarcal.

Pero el estallido de la crisis ha supuesto un duro varapalo para todos esos sectores relacionados con el consumo. Si primero fueron los promotores y constructores los que pusieron el grito en el cielo por el cierre del grifo del dinero, en los últimos meses se han sumado a ese coro de lamentos, con evidentes motivos, otros sectores teóricamente ajenos a los vaivenes de ese ente anónimo ahora conocido como «los mercados». Los pequeños comerciantes clamaron contra su desprotección. En las grandes superficies ya hay quien, de momento en voz baja, admite que quizá haya un exceso de oferta que conducirá inevitablemente a algún cierre.

Y esta semana le ha tocado el turno al turismo, la empresa del futuro. Palexco ha cerrado el año con los peores números desde su apertura, Expocoruña ya no esconde sus vergüenzas y admite que el próximo año perderá, ya de entrada, 1,2 millones de euros por la falta de actividad. Y, como consecuencia de todo ello, y también de la paulatina pérdida de tráficos en el aeropuerto, los hoteles se han quedado con el cartel de vacío incluso en fechas muy propicias como el macroacueducto de diciembre.

El alcalde, Carlos Negreira, defendió durante su campaña electoral la necesidad de repensar ese modelo de ciudad. Los números dicen que un diez por ciento de la población coruñesa quiere trabajar y no puede. Ojalá el nuevo modelo les ayude a lograrlo.

Negreira prometió un cambio de modelo económico para aliviar el problema del paro

El martes 13 finaliza el proceso electoral en la UDC. Xosé Luís Armesto y Luis Castedo son los candidatos que sobrevivieron a la primera criba en la lucha por suceder a José María Barja. Poco más se ha sabido de sus proyectos para una institución clave para la ciudad. Ha habido más ruido en torno a los posibles apoyos de los tres perdedores de la primera vuelta a cualquiera de ellos. Pero las rencillas personales en algunos casos y el escaso respeto a los resultados de las urnas, que dictaminaron quienes eran los dos aspirantes definitivos, hacen poco viable cualquier alianza. Y menos un gobierno de coalición.