Un gimnasio de 300 metros cuadrados en la calle Real

Pablo Portabales
Pablo Portabales A CORUÑA

A CORUÑA

Trabajadores prejubilados de Arteixo Telecom celebraron una despedida conjunta.
Trabajadores prejubilados de Arteixo Telecom celebraron una despedida conjunta. eduardo pérez< / span>

28 oct 2012 . Actualizado a las 06:00 h.

1En marzo, el Sporting Club Casino cumplirá 123 años. Llegará a esa edad incorporando una nueva dotación impensable hasta ahora, un gimnasio de 300 metros cuadrados en la octava planta de la sede central. «Ocupará todo el espacio, desde la Marina, donde se instalarán las máquinas de cardio, hasta la calle Real», comenta Juan José Medín Guyatt, presidente de la veterana sociedad. «Hemos rejuvenecido el club y consideramos que es fundamental dar servicio a las demandas de los socios más jóvenes», explica Medín. A principios de enero, en el histórico edificio del centro de la ciudad, que siempre hemos asociado con coruñeses de edad avanzada que iban a jugar la partida o tomar un café, empezaremos a ver entrar gente con bolsas de deporte.

Nuevo horario

1Este nuevo servicio obligará, probablemente, a ampliar el horario de apertura del Casino, que ahora es de nueve de la mañana a las once de la noche. «Es posible que abramos a las siete de la mañana para captar a la gente que quiere hacer ejercicio antes de ir a trabajar. Estamos en una posición estratégica y hay que aprovecharlo. Y a lo mejor cerraremos a las doce», apunta el presidente de esta sociedad, que también sufre los efectos de la crisis. De hecho en los últimos años se dieron de baja 3.000 socios titulares, aunque para compensar consiguieron 2.400 nuevas altas. Ahora están en plena campaña de captación de socios y piensan que el gran gimnasio puede ayudar.

Despedida en grupo

2Lo que celebraron no fue una despedida sino veinte. Un grupo de trabajadores de Arteixo Telecom que alcanzaron un acuerdo con la empresa para la prejubilación organizaron una comida para celebrarlo. «En muchos casos llevábamos 40 años trabajando juntos, ahora en esta compañía y antes en otras. Estamos radiantes. Contentos es poco», me comenta Chelo Barbosa mientras de fondo se oyen las voces de sus compañeros prejubilados pasándolo en grande.