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El festín de ruido y color de la batalla naval deleitó a más de 170.000 espectadores
15 ago 2013 . Actualizado a las 12:18 h.Dos frentes de disparo, 20.000 fuegos de artificio y 27 minutos de ruido y color conmemoraron anoche, un año más, la victoria de la heroína María Pita ante Francis Drake. Minutos después de las once de la noche las miradas se dirigían al cielo. Algún murmullo sobre las posibles sorpresas, que este año corrieron a cargo de la empresa Pirotecnia Pablo, de Cangas del Narcea (Asturias), que ya había capitaneado el festín de fuegos en el año 2011. Tocaba superarse, y al igual que María Pita, se alzó con el triunfo ante 170.000 espectadores, según datos facilitados por Protección Civil.
El cielo sobre el paseo marítimo, entre la finca de los Mariño y Las Esclavas, fue el tendido sobre el que se desplegó el colorido que recreó aquella batalla de 1589 contra las tropas inglesas. La espera terminó cuando tres imponentes disparos anunciaron el comienzo de la contienda. Tras ellos se abrió la caja de Pandora. La meta era unir la bahía entre los dos frentes de tiro con un desfile de fuegos que simulaban lo que debieron de ser las formaciones de valientes soldados que hace más de cuatrocientos años defendieron la ciudad ante el pirata inglés. Un popurrí de ruido y color que concluyó con las sonrisas y los aplausos de todos.
Como casi siempre, gustaron mucho, poco o regular. Opiniones de todos los colores, casi tantos como se vieron anoche en el firmamento coruñés. Lo que sí quedo claro es que cualquier tributo es poco para rememorar aquel triunfo histórico de la heroína.
La música completó la fiesta
Comenzó pronto la velada. El telón se abrió a las diez de la mano de Despistaos, que no se olvidaron de temas como Gracias o Física o química. Tras la batalla naval, y aún con la nebulosa de los fuegos sobre el cielo, irrumpió el pop de Melocos. Dover entró en escena muy pasada la medianoche. Algún asistente entre el púbico les gritó que la playa se llama Orzán, y no Lorzán, como la rebautizó el propio grupo en su cuenta de Facebook, un despiste que corrió como la pólvora por las redes sociales. El cuarteto rememoró anoche el éxito de su primer disco, Devil came to me, y regaló una dosis de rock en vena que contagió a todos. Al cierre de esta edición, Dover todavía seguía inyectando energía a la noche coruñesa.