Fomento era el ministerio inversor por excelencia. La crisis económica que se ha cebado en todos los sectores productivos del país y tiene en la obra pública a su principal damnificado. La deriva de la Demarcación de Carreteras en Galicia es preocupante ya desde hace algunos años, con decisiones más que discutibles. Ejemplos hay a puñados, como el de la curva de Servisa, donde se buscaron toda clase de excusas antes de acometer lo evidente. ¿Cuántos accidentes ha habido en la zona desde que se echó la nueva capa de hormigón? Ese deterioro permanente de la red estatal es especialmente visible en vías de gran capacidad, como la A-6, pero también en el mantenimiento de la AP-9, donde los peajes crecen de forma exponencial al tiempo que los baches y la maleza invaden casi todo su trazado.
Mientras tanto, los ciudadanos seguimos pagando. Más peajes, más impuestos y peores servicios, con Alfonso Molina, la avenida del Pasaje, la N-550 y el resto de las grandes arterias de comunicación del área metropolitana en estado de semiabandono. Aún está reciente la simulación del alcalde de Oleiros, Ángel García Seoane, para reclamar la limpieza de sus medianas. El tema tiene la suficiente relevancia para que los alcaldes afectados hagan un frente común. Vale que no haya nuevas infraestructuras, pero garantizar el mantenimiento de las existentes es fundamental para garantizar la seguridad y evitar su deterioro definitivo.
Las primarias del PSOE. Otro de los puntos de atención de la semana estuvo ayer en la ejecutiva federal del PSOE. Al fin se desveló la incógnita de las primarias. Las habrá y serán en septiembre para elegir a los candidatos a las municipales del 2015. Mar Barcón ya puede fijar su hoja de ruta. También sus críticos. Desde la celebración de las primarias quedarán ocho meses hasta la cita con las urnas. Tendrá que ser suficiente para diseñar un programa y una lista.
Gamonal y los vecinos. Entre los despropósitos de la semana figura la nota de la Federación de Asociaciones de Vecinos de A Coruña y comarca, que lanzó una especie de aviso sobre su papel en las negociaciones para las obras de los ayuntamientos. El mensaje venía a ser una advertencia sobre su interlocución en las grandes obras para evitar escenas tan absurdas como las del barrio burgalés del Gamonal. Las preguntas sencillas: ¿Son realmente representativas del sentir de los ciudadanos las asociaciones de vecinos? ¿Sirven de algo las elecciones o cada decisión de un alcalde debe someterse a una votación popular? ¿Conviene anular los plenos y trasladar la sala de debate a las plazas públicas? La democracia habla en las urnas y no a pedradas ni a golpe de intereses partidistas. Desarrollar una obra con el respaldo unánime de todos los agentes es harto complicado. La democracia tiene otros mecanismos. Y el respeto a los derechos de los demás es básico para la convivencia.
Histórico relevo al borde del abismo
Lendoiro se va tras 25 años de personalismo, autoritarismo y nula autocrítica. No abandona la presidencia voluntariamente, lo hace repudiado por una amplia mayoría de los accionistas del Deportivo -5.750 apoyaron a Tino Fernández y poco más de 1.700 a Lendoiro en la última asamblea-, que se ha movilizado como nunca antes había ocurrido para acabar con una gestión que ha conducido al histórico Dépor al borde del abismo, con 160 millones de euros de deuda y la espada de Damocles de la liquidación pendiente del alcance de los embargos que ejecute Hacienda. El martes se producirá el relevo en unas elecciones en las que el aún presidente no ha querido sufrir su enésima derrota. Decidió tirar la toalla cuando el aspirante más fuerte, Tino Fernández, amenazó con los tribunales. El Deportivo ha sufrido un grave desgaste de imagen y prestigio en los últimos años donde solo hay un culpable, el presidente saliente, y tres cómplices, los miembros del consejo de administración que firmaron todas sus mentiras. Toca recuperar a una institución que mueve un intangible, el sentimiento, y que aspira a alargar sus 107 años de vida. Suerte al ganador. La va a necesitar.