Miss Daisy conoce a María Pita

Alfonso Andrade Lago
Alfonso Andrade CRÓNICAS CORUÑESAS

A CORUÑA

28 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Todos habríamos jurado que era estadounidense: por su aspecto, su pantalón blanco, su camisa hawaiana, una pequeña pamela flexible y unas deportivas Nike que completaban un conjunto singular y fuera de temporada a pesar de que en la Marina lucía con decisión un sol de octubre disfrazado de agosto. Pero sobre todo, por su extraordinario parecido con Jessica Tandy en Paseando a Miss Daisy. Sin embargo, resultó ser hija de las brumas londinenses y acomodada pasajera de una de esas ciudades flotantes que descargan hordas de turistas en nuestro muelle. Y la verdad es que debimos sospechar de su procedencia británica por los calcetines blancos con sandalias y el pantalón corto de su marido, mudo como el pequeño de los hermanos Marx… Y porque al fin y al cabo Jessica Tandy era inglesa de pura cepa.

Miss Daisy se detuvo junto a tres parejas de nativos, mapa de la ciudad en mano, para formular con su amable sonrisa preguntas que se debieron quedar sin respuesta, pues enseguida enfiló en dirección a nuestro grupo sin perder su jovialidad. «¿Qué apostamos a que busca el McDonald’s?», cuestionó un amigo ?bastante venenoso él? viendo venir a la mujer, que tiraba sin compasión de su cónyuge.

Y es lo que tiene la ignorancia, que te retrata cuando te lleva por la vereda estrecha de los tópicos. Miss Daisy estaba desorientada y desesperada, pues quería aprovechar el tiempo de la escala para localizar «las casas en las que vivió María Pita». Le comentamos que en la Ciudad Vieja está la Casa Museo, donde se recrea la vida de la heroína. Pero no era suficiente para ella. En un inglés trufado de algún que otro término español, nos preguntó por otros domicilios y nos facilitó incluso direcciones precisas antes de soltarnos una tesis doctoral sobre Francis Drake y todo cuanto aconteció en nuestra ciudad en 1589. Ni rastro del McDonald’s en su discurso.

O sea, que nos sacó los colores con su erudición antes de poner rumbo a la Ciudad Alta con su sonrisa abierta y su inexpresivo marido a remolque. Por curiosidad y con la intención de salir de mi estulticia contacté con un amigo historiador que me recomendó algunos libros, como El cerco de La Coruña en 1589 y Mayor Fernández Pita, de Andrés Martínez Salazar (1889). En él se citan como domicilios de María Pita los de Herrerías 24 (hoy 28, la Casa Museo), Santa María 26 y Cortaduría 16. Y añade el también historiador Xosé Alfeirán (citando a María del Carmen Saavedra) que al menos tuvo otro en Zapatería. He ido a verlos. Seguro que la numeración ha cambiado desde que publicó Salazar, pero en esas calles no hay referencias a la heroína. Y lo siento sobre todo por nuestra ilustrada súbdita inglesa, que se habrá llevado una notable decepción.