El Ayuntamiento gasta 330 euros de media en eliminar cada pintada

Xosé Vázquez Gago
Xosé gago A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

Las que sí se borran. Esta pintada crítica con la Marea Atlántica estaba en la Rúa Alta el pasado lunes. El miércoles por la mañana ya había desaparecido de la calle
Las que sí se borran. Esta pintada crítica con la Marea Atlántica estaba en la Rúa Alta el pasado lunes. El miércoles por la mañana ya había desaparecido de la calle ANGEL MANSO

Nuevas críticas al gobierno local por el borrado selectivo de las contrarias a Marea

01 oct 2018 . Actualizado a las 12:52 h.

El Ayuntamiento gasta una media de 330 euros por cada pintada que elimina, aunque el coste puede oscilar entre 150 y 800 euros, según la extensión de esta y el material sobre el que haya sido realizada. Esas cifras se mantienen constantes desde hace años, según fuentes municipales, ya que el contrato que regula el servicio sigue siendo el mismo. También han continuado los medios disponibles: un equipo de cuatro trabajadores y el tercio de la jornada de otro.

De acuerdo a las citadas fuentes, la eliminación de una pintada requiere una media de siete horas y media de trabajo, aunque esa cifra también varía de acuerdo a cada caso. El mínimo puede situarse en unas tres horas y media, y el máximo no suele superar las 18.

El actual gobierno local no ha precisado cuántas se eliminaron en la ciudad en el 2017 y cuánto dinero empleó en ello. En la última de las memorias de gestión publicadas por el Ayuntamiento se indica que en el 2016 se eliminaron 1.180. De acuerdo a las medias antes mencionadas, el Ayuntamiento habría gastado casi 390.000 euros y 8.800 horas de trabajo en ellas.

Esas cantidades contrastan con las del 2013, cuando se eliminaron 1.963 pintadas, lo que supuso un gasto de más de 645.000 euros y 14.722 horas de trabajo.

Esas cifras indican una reducción del esfuerzo en la lucha contras las pintadas, que se confirma con los datos de otras memorias de gestión. Según esos documentos, la media de metros de fachada aseados durante el 2015 y el 2016 fue la más baja desde el 2011.

De todas formas, el esfuerzo que hace el Ayuntamiento en borrar pintadas -y no en prevenirlas- tiene una repercusión relativa en los vecinos, ya que la Administración local solo las retira de espacios y edificios públicos. Su eliminación de inmuebles privados depende en exclusiva de sus propietarios, que deben afrontar elevados costes sin garantía alguna de que el día siguiente amanecerá con nuevos garabatos de espray en su casa.

Ese problema es evidente en la calle Real, donde los comerciantes han visto cómo el número de grafitis se disparaba en el último año y medio, llegando incluso a invadir sus escaparates, pese a los esfuerzos de algunos de ellos por limpiar sus propiedades.

A pesar de su proliferación, el gobierno local señaló hace solo una semana que en esa calle solo limpiaría espacios públicos. 

La limpieza selectiva

Pero no está ocurriendo lo mismo con las pintadas críticas con la Marea Atlántica, el partido que gobierna el Ayuntamiento. Esos mensajes se multiplicaron desde el desalojo de los okupas de la Comandancia de Obras, y desde principios de julio los servicios municipales tienen orden prioritaria de eliminarlas. Así lo hicieron en julio en numerosas calles de la Ciudad Vieja y la pasada semana en la rúa Alta.

Las que no se borran. Los mensajes contra el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero que manchan la fachada de UGT llevan años sin que nadie las haya eliminado
Las que no se borran. Los mensajes contra el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero que manchan la fachada de UGT llevan años sin que nadie las haya eliminado EDUARDO PEREZ

Esa orden de limpieza selectiva, confirmada tanto por fuentes municipales como de los equipos de limpieza, ha sido muy criticada por los partidos de la oposición, que acusan a la Marea de aplicar de forma arbitraria la ordenanza, y de uso partidista de los medios municipales. El grupo municipal del PP criticó que «continúe la limpieza selectiva» de eliminar los grafitis contra un partido, mientras «permanecen» los grafitis en viviendas particulares y comercios de toda la ciudad.