Mucho coche y poca acera

Andrea Presedo
A. Presedo A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

Verónica Vázquez

Los vecinos piden que se pavimente la zona para evitar el aparcamiento indebido

22 oct 2018 . Actualizado a las 11:17 h.

El último tramo de la Sagrada Familia es una calle ancha, con prioridad peatonal y en la que los niños deberían de poder jugar sin peligro. Al menos, así lo indica la señal que informa que se trata de una calle residencial, lo que implica que el peatón puede usar con libertad ese ámbito urbano, que los juegos están permitidos y que los vehículos han de circular a una velocidad máxima de 20 kilómetros por hora. Pero allí no se cumple la normativa.

«Aquí siempre están pasando coches y es peligroso para los niños», dice María González. La mujer, madre de dos hijas menores de 10 años, indica que no solo existe una señal en la que se advierte claramente que es una zona de juegos, sino que también hay un parque infantil pegado a este tramo de la calle, que es compartido por los peatones y los coches. Por la tarde, una vez finalizado el horario escolar, es fácil ver a pandillas de niños montados en bicicletas por esta zona de la Sagrada Familia.

Mal aparcados

El otro problema con el que se encuentran los vecinos es que siempre hay coches mal aparcados, incluso debajo de señales que indican que es un espacio donde está prohibido estacionar, «excepto Urxencias». Para Manuel Rodríguez, residente en la zona, es inadmisible que se siga permitiendo esta situación. «No me parece bien que dejen los coches así y no les digan nada a los conductores. A mí me ponen una multa si lo tengo mal aparcado. Pues aquí se debería de hacer lo mismo», se queja.

Para José María Pedreira, vecino de ese tramo de la calle, «las multas no son la solución». Pide que el Ayuntamiento instale aceras ya que los vehículos aparcan continuamente en ellas. «Solo hay una línea amarilla que delimita lo que es acera de carretera. Con los vehículos ahí estacionados no podemos pasar y tenemos que ir por el medio. Además, pusieron un seto en donde tendría que haber acera, por lo que sí o sí estamos obligados a salirnos del pavimento. A veces tenemos que hacer peripecias para desplazarnos hasta el resto del barrio», añade este ciudadano.

Sin bolardos

José María reconoce que sí hubo intentos de ponerle solución a la situación: «Teníamos unos bolardos para que no aparcasen, pero hace dos años y medio que los robaron», señala. Otro vecino, Marcos Varela, apunta que «era una buena solución, pero la policía no volvió a reponerlos».

Por su parte, Ángeles Gómez, atribuye la afluencia de coches a que al final de esta calle hay varias oficinas comerciales. «La gente suele parar con el coche para hacer sus recados». Con todo, reconoce que «desde que se pusieron a ampliar las aceras en el resto del barrio, aquí hay más coches aparcados».

Los vecinos, cansados de la situación, avisaron al Ayuntamiento en numerosas ocasiones. «Intentamos hablar con ellos y no nos hacen caso», comenta Noemí Ferreiro, presidenta de la Asociación de vecinos La Paternidad de la Sagrada Familia. Desde el gobierno local dicen que sí han recibido las quejas y que tienen pensado actuar próximamente en esta calle.

Control de aparcamiento

La Policía Local acaba de poner en marcha una campaña específica para el control del estacionamiento en zonas donde no está permitido hacerlo, en especial en los casos en los que los vehículos estén sobre las aceras o en áreas peatonales. Contará con el apoyo de un vehículo de vigilancia intensiva.