Francisca Aguirre: «Sin la palabra seríamos animales estúpidos»

miguel lorenci MADRID / COLPISA

A CORUÑA

MARCOS MÍGUEZ

El Premio Nacional de las Letras distingue a una poeta de alma limpia y verso claro

14 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Francisca Aguirre Benito (Alicante, 1930), Paca para todos, es la última ganadora del Premio Nacional de las Letras Españolas, concedido cada año por el Ministerio de Cultura y dotado con 40.000 euros. Es el segundo gran premio institucional que recibe esta poeta de alma limpia y verso claro, a quien llena de orgullo que el jurado destaque la «clarividencia machadiana» de su poesía. Viuda del poeta y flamencólogo Félix Grande, hija del pintor Lorenzo Aguirre, «a quien mató Franco», a esta bondadosa y vitalista poeta le indigna «todo lo que tenga que ver con el dictador». Y desde luego que sus restos permanezcan en el Valle de los Caídos.

El jurado celebró su poesía como «la más machadiana de la generación del medio siglo». La sitúa «entre la desolación y la clarividencia» y entre «la lucidez y el dolor». Seduce al lector «susurrando, más que diciendo palabras situadas entre la conciencia y la memoria», según destacó el acta. «Agradezco de corazón que digan que mi poesía está cerca de la de Machado», se ufana Aguirre. «Es mi eje, mi príncipe azul, mi norte. Es un pensador muy real, dueño al tiempo de una imaginación deslumbrante», dice de Machado. «Para mí, como para Félix Grande, Machado condensa esa mezcla extraña de cultura, cabeza y pensamiento bien entendido», plantea. Pero destaca «sobre todo que se ocupara de los demás». «La conciencia que nos deja de que el otro es importante, de que no se puede vivir sin pensar que los demás sufren, se alegran y mueren como todos, es lo que más alegría me da», resume.

«Mi familia no tenía un duro pero disfrutaba de la música. Y luego llegó el regalo de la palabra, que es el contacto con los otros y la materia del poema», recordó ayer. «Sin la palabra seríamos unos animales estúpidos, mucho más de lo que lo somos ahora». «Me gusta que a la gente le guste lo que escribo», se ufana. Se acordó «mucho» de su difunto marido, el poeta Félix Grande, «pero le dedico el premio a mi hija Guadalupe que está muy viva y coleando».