«Como no era capaz de compartir mis textos, los envié a un concurso y lo gané»
A CORUÑA
Pasó de esconder sus escritos a triunfar en un premio literario de Andalucía
12 may 2019 . Actualizado a las 22:49 h.El relato con el que Andrea Martínez (A Coruña, 1989) se convirtió en la estrella literaria de un pequeño municipio de Córdoba daría para otro relato en sí mismo. Y se plantea escribirlo.
-¿Qué hace una coruñesa en un premio de narrativa de Torrecampo, además de ganarlo?
-Escribir siempre ha sido mi hobby, pero nunca lo he compartido con absolutamente nadie.
-¿Por pudor?
-Por una mezcla de vergüenza y miedo a no tener la suficiente calidad literaria. Pero el año pasado cambiaron muchas cosas en mi vida y decidí darle una oportunidad a escribir.
-¿Decidió salir del armario?
-Sin enseñar nada a nadie es un poco difícil iniciar una carrera literaria. Como no era capaz de compartir mis textos, los envié a un concurso y lo gané.
-¿Solo para quitarse el miedo?
-Sí, ni me fijé adónde lo envié.
-Y los mandó al de Torrecampo.
-Lo peor que podía pasar era que gente que no me conoce de nada se riese de mí. Tampoco creo que me llamasen para decir «¡Esto es una maldita basura!».
-Y la llamaron, pero para...
-...Para decirme que había ganado y que me fuera a Córdoba a recoger el premio. Fue el Día del Libro. Yo casi ni me acordaba. -Viendo como iba su autoestima, pensaría que era una broma.
-¡Tal cual! Pensé que iba a llegar y que no iba a haber nadie allí.
-Pero todo lo contrario.
-Me costó llegar porque era puente. Cogí los vuelos que vi, los trenes que vi, los coches que vi y me fueron a recoger a Pozoblanco, porque el bus ni siquiera llega al pueblo en el que me daban a mí el premio.
-¿Qué vio cuando llegó?
-Una fiesta espectacular. Estaban todos los vecinos presentes. Es el día más importante del año para ellos y llevan 19 años celebrando ese certamen narrativo.
-En una localidad pequeña.
-En la que todos se conocen. Torrecampo tiene poco más de 1.000 habitantes y estaban todos.
-Ya se pudo preparar bien el discurso de agradecimiento.
-Pues no llevaba nada preparado. Una vergüenza. Esperaba que fuera algo más discreto, sin tanto público.
-Pero llenó la Casa de la Cultura.
-¡Un lleno total!
-Y con rivales de todo el mundo.
-Se presentaron más de 200. Había escritores de Alemania, Colombia, Israel, Estados Unidos, Canadá y de toda España.
-¡Ya quisieran otros ese éxito!
-Síii. Este es un certamen conocido a nivel internacional.
-De maldita basura lo suyo, nada.
-Mal desde luego no creo que escriba. Se me ocurrió decirles: «Qué suerte he tenido» y me dijeron: «Suerte, ninguna. Esto pasa por 5 lectores, luego por otros 4 más, se clasifican 14 finalistas y 5 jueces ponen nota a cada relato». Se lo toman en serio.
-Hay más personas organizándolo que personas en Torrecampo.
-To-do-el-pue-blo se vuelca y se ofrece para trabajar. El director del colegio, la profesora de lengua, la psicóloga…
-Parece una peli de Cuerda.
-Pues cuando abrieron el sobre, me buscaron en Google y solo aparecía mi Facebook. Nada de libros publicados ni premios ganados. Estaban sorprendidos.
-¡Dígame que no improvisó el discurso sobre la marcha!
-No sé ni qué dije. Honestamente, prefiero no recordarlo.
«En mi casa lo que se regalaba y lo que había en las paredes eran libros»
Andrea Martínez pasó de no querer enseñarle sus textos a nadie, a degustar las mieles del éxito literario en vivo y en directo con el premio literario de Torrecampo (Córdoba) concedido a su obra El tesoro de Salisbury, un relato corto de misterio con un final abierto. El jurado valoró «el ritmo narrativo y el final sorprendente».
-¿Fue niña entre letras?
-Totalmente. En mi casa lo que se regalaban eran libros; lo que se cuidaban eran libros y lo que había en las paredes eran libros.
-Escribe desde pequeña.
-Sí, escribía y lo tiraba. Solo he compartido lo que escribí durante mi etapa en la universidad [estudió Comunicación Audiovisual en la UDC]; pero porque así lo pedía una asignatura que me gustaba mucho, una del profesor Paco Sánchez.
-¿Y ahora qué?
-No lo sé.
-Esto le ha servido para abrirse.
-Me ha animado a escribir mucho más y a compartirlo. Ahora ya me estoy presentando a otros concursos literarios.
-Seguro que pronto tendremos de nuevo noticias suyas. ¿Ha nacido una escritora?
-Ha nacido una persona que escribe. Cuando publique por primera vez, podré decir eso, aún con la boca muy pequeña.
-¿Cuándo le gusta escribir?
-Casi siempre que llueve me quedo en casa y, si estoy en casa, escribo. Siempre que estoy escribiendo, está lloviendo y viceversa. Cuando hace sol, salgo a la calle y me olvido de escribir.
-¿Qué le gusta leer?
-Absolutamente de todo. Y lo que escribo, suele estar inspirado en lo que esté leyendo esa semana.
-Pero es muy ecléctica.
-Sí. Puedo estar leyendo a Ray Bradbury o a Philip K. Dick, una semana y, a la siguiente, a J. K. Rowling o a Roald Dahl.