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Acaba el período de cortesía y la oposición pide más a un gobierno local que se ve en el buen camino
24 sep 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Los primeros cien días de mandato se cumplieron ayer, un plazo simbólico que generalmente se entiende de cortesía de la oposición con el gobierno local recién llegado, una cortesía que seguramente tiene también que ver con la falta de fuelle de los partidos tras el largo proceso electoral. Se acabó la tregua inicial y todas las formaciones de la oposición hicieron ayer balance. Crítico, sí, pero sin desatar las hostilidades. Se ven los frutos del diálogo y los acuerdos que un PSOE en minoría estableció con el resto de los grupos.
En esencia, todos ellos valoran el diálogo pero reclaman acción en la calle. Celebran las buenas palabras pero piden hechos. «É normal, é o papel da oposición, é o que teñen que decir», contestaba ayer a los apremios la regidora, Inés Rey.
Diferentes valoraciones
«Valoro a acción de goberno, sei o que se está a facer, a satisfacción na cidade é notable, o cambio de modelo, de formas. Cen días non son demasiados para que se vexan os proxectos porque nos oito anos anteriores a cidade estivo ao ralentí. Poñer a funcionar a máquina leva un tempo», aseguró la regidora.
La clave está precisamente ahí, en saber cuánto tiempo es el adecuado para que la máquina funcione. ¿Hay que calentar más? ¿Tiene el motor ya a punto? ¿Está circulando? «Todos os concelleiros están a traballar todos os días para recuperar ese liderádego urbano que tanto necesita A Coruña», dijo la alcaldesa.
Los partidos que auparon al PSOE a la alcaldía no sacaron ayer el látigo, pero sí la aguijada para animar al animal a moverse. «Foron cen días de boas palabras, pero de poucas ideas», dicen desde la Marea, partido para el cual el mandato «está tardando en botar a andar».
La Marea asegura que solo se está haciendo lo que quedó previsto y sus ediles María García y Iago Martínez destacan que, aun desde la oposición, su partido tiene un peso esencial en María Pita. Ayer hacían anuncios en clave gobierno local, avanzando que en el próximo pleno del 3 de octubre se aprobará la constitución del área metropolitana y que aguardan que pronto se anuncie la gratuidad de las escuelas infantiles y la puesta en marcha de un operador energético cien por cien municipal. Más allá de eso, ven en la labor de los socialistas «pouca axilidade na xestión» y citan como ejemplo la tardanza en solucionar el problema de falta de fondos para la renta social municipal.
Sus otros socios de investidura, los nacionalistas, se refieren también al mismo caso y entienden que va siendo hora de que se haga algún anuncio nuevo en materia de mejora de la movilidad. «O BNG saúda o clima de diálogo entre as forzas políticas, mais bota en falta maior dilixencia por parte do goberno na posta en marcha de asuntos asinados no acordo de investidura», dicen. Y resumen su sensación como «certa falta de impulso do goberno» para cumplir lo acordado.
Por comparar, se podría decir que los socios de investidura recurren más al tirón de orejas que a la lluvia de palos.
Con algo más de rigor se aplicó el PP, el primero en hacer balance, el viernes pasado, de los cien días. «Buenas palabras, pero sin una buena acción», resumía Beatriz Mato afeando cosas como que del plan de choque para la limpieza nada se sepa, pese a que los populares estarían dispuestos a apoyar esa medida. «Este gobierno ha suspendido tras cien días de prácticas», aseguró la única de las portavoces que se atrevió a poner nota.
También Ciudadanos hizo su balance y celebra la «buena disposición» del PSOE con los otros partidos y Administraciones, algo que ha generado «un efecto luz positivo, pero que se va ensombreciendo por la falta de acciones palpables», dice Mónica Martínez. En definitiva, cada uno juzga según lo previsto y, eso sí, con una cierta benevolencia que seguramente irá desapareciendo según avance el mandato.