Las restricciones llegan a los centros comerciales de A Coruña: «Si no tenemos salud, ¿en qué vamos a gastar?»

Arantxa Ramos / A. G. A CORUÑA

A CORUÑA

a. r.

Cuatro caminos vive la jornada con normalidad pese a la prohibición de zonas de descanso y los aforos limitados

08 ago 2020 . Actualizado a las 13:04 h.

En la primera jornada de nuevas restricciones el centro comercial Cuatro caminos ha tenido total normalidad. Pese a las cintas que señalan que no se pueden usar las zonas de descanso ni de recreo, la mayoría ha paseado por las instalaciones como cualquier sábado de verano. Los comercios han tenido que reducir su aforo al 50 %. Las tiendas más pequeñas, como Nanos explican que «para nosotros no es demasiada diferencia porque no tenemos aglomeraciones excepto en días puntuales». La noticia no ha pillado desprevenidas a sus trabajadoras «ya sabíamos que tendríamos que dar algún pasito hacia atrás», comenta la dependienta. Sin embargo, admiten que la rapidez en el cambio si les ha sorprendido y que hasta que lo confirmó el encargado de seguridad del centro comercial no sabían si afectaría solo a la hostelería o también a las tiendas.

«Sin palabras», dice una de las trabajadoras del Gasthof. Cuenta que vive en Meicende y que viendo el comportamiento de la gente «todo depende la responsabilidad de cada uno», pese a las restricciones en otros ámbitos. Por el momento no temen tener que reducir la plantilla del local, «desde el inicio de todo esto nuestro jefe quiso hacer lo posible por mantenernos a todos», comenta, pese a temerse lo peor si la situación sigue avanzando y llega a haber «una transmisión comunitaria» .

Por parte de los clientes, la mayoría consideraba necesario establecer más límites. Una pareja de jubilados llevaba seis meses sin ver a algunos de sus nietos, ya que ellos residen en Madrid. «Nosotros también venimos de un lugar con muchas restricciones y nos parecen fenomenales», relatan. «Nos hemos olvidado de lo que ha pasado, en Alcalá de Henares la gente se ha muerto en los pasillos» recuerda la pareja, argumentando que «no todo vale en situaciones así» y que «tenemos que priorizar la salud a la economía». «Si no tenemos salud, ¿en qué vamos a gastar?».