Ricardo García Mira: «Seguimos sin saber qué se está haciendo en la Ciudad de las TIC»

m. carneiro A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

CESAR QUIAN

El catedrático y exdiputado socialista llama a la UDC a cumplir los compromisos adquiridos con Defensa con transparencia y participación

27 ago 2020 . Actualizado a las 12:05 h.

El catedrático de Psicología Social Ricardo García Mira ha hecho un llamamiento al gobierno de la UDC a gestionar con transparencia y participación la Cidade das TIC, de la que fue promotor principal en su condición de diputado socialista en el Congreso la pasada legislatura. «Vi la buena voluntad de la ministra Margarita Robles y aproveché para tratar la cesión del suelo de la fábrica de armas; promoví el acuerdo con los sindicatos, con el entonces alcalde de la ciudad, con la Diputación, con la Subdelegación del Gobierno, con la Delegación, hasta que el 16 enero del 2019 en una cumbre preparada conjuntamente con otras personas conseguí que la plana mayor del Ministerio de Defensa se sentase a discutir este tema», explica el exdiputado, que alude al trabajo posterior desarrollado en el Congreso por Pablo Arangüena.

El tema, ya pactado, era un proyecto impulsado por un consorcio liderado por la UDC para recuperar la actividad industrial en el suelo de Pedralonga y convertir el complejo de la antigua fábrica en un polo de innovación y creación de empleo con la incorporación del sector productivo y el tejido empresarial. 

Trabajadores despedidos

Seis meses después de la firma de cesión del suelo y dos de la aprobación de una ayuda de 4,8 millones de euros del Igape para construir el primer centro tecnológico, García Mira cuestiona la gestión del proyecto porque, según afirma, incumple los compromisos adquiridos con Defensa. «El más importante, la contratación de los trabajadores despedidos de la fábrica, creando para ello los instrumentos necesarios con la industria», señala el catedrático, que entiende que la dirección del proyecto está discurriendo a espaldas de la sociedad.

«No hay participación, se está dejando fuera a los sindicatos, otro compromiso, al Colegio de Ingenieros de Telecomunicación de Galicia, y estamos hablamos de TIC, a organizaciones ciudadanas que también tienen que decir, a sectores muy interesados en contribuir al desarrollo industrial de la fábrica que están encontrando obstáculos para integrarse en ese consorcio». La universidad, apunta, «no tiene solo la obligación de gobernarse a si misma y dictar políticas para sí misma, tiene que dictar políticas para la sociedad, y la sociedad es el sector productivo, las industrias, las empresas, los sindicatos».

Las dudas sobre la ejecución siguen sin despejarse. «Seguimos sin transparencia, que es la manera de gestionar esto y otro de los compromisos con Defensa, seguimos sin saber qué se está gestionando. Todo lo que tenemos es un PowerPoint», critica el exdiputado, que considera que el rector, Julio Abalde, «tiene la obligación» de reunir al consorcio y «explicar a la sociedad qué se va a hacer y asumir los compromisos y la filosofía que presidió aquella reunión».

Necesitamo un plan de mecenazgo con visión institucional, estructura, personal especializado y objetivos claros»

García Mira vincula la entrada de empresas en la Cidade das TIC con la defensa de un modelo mixto de financiación de la UDC que incluya un plan de mecenazgo, «con estructura, personal especializado, objetivos y visión institucional», para implicar a la industria y la iniciativa privada en «el proyecto común» de la universidad. «Podríamos ser una referencia mundial en innovación en la industria textil como es la comarca; podríamos crear una identidad distintiva a partir de la industria del petróleo, del aluminio, de la fabricación de piezas para el sector aeronáutico», apunta el coordinador de uno de los grupos de investigación de la UDC reconocidos por la Agencia Estatal de Investigación por la captación de recursos internacionales.

«Pero la universidad no lo está siendo, como demanda el mercado de calidad, que es el que rige los criterios por los que una universidad está catalogada en el número 100 o en el 13. Aquí en 25 años no hemos conseguido entrar ni en el puesto 1.000», lamenta. «Con una Ciudad de las TIC que integre a los sindicatos, la industria y las empresas estás enlazando con ese mecenazgo necesario y estás matando dos pájaros de un tiro», propone el catedrático, profesor invitado en las universidades de Cornell y Bath.

Vía abierta por Inditex, «muy positiva, pero insuficiente, porque no podemos quedarnos con un programa, necesitamos incorporar a investigadores competentes con capacidad para trabajar en multitarea y atender no a una iniciativa sino a veinte al mismo tiempo», propone García Mira-, el mecenazgo aporta, además de fondos, «flexibilidad, excelencia y redes de amigos que contribuyen al bienestar de la universidad más allá de lo financiero». 

Al fondo se encuentran los 100.000 millones de euros para I+D que el Horizonte Europa prevé repartir en el Espacio Europeo de Educación Superior en el período 2021-2027. «Hay que acceder ahí -postula el catedrático- y hay que pensar qué tiene que hacer la universidad para situarse en los índices de referencia internacionales que permiten visualizar el trabajo de la escuela de ingeniería, de la escuela de informática, del campus de Ferrol, de nuestro grupo y de tantos otros».