Podemos rechaza integrarse en el grupo de la Marea y tendrá su propia representación en el pleno de A Coruña

Xosé Vázquez Gago
Xosé Gago A CORUÑA

A CORUÑA

EDUARDO PEREZ

Isabel Faraldo, ex secretaria general de la formación morada en la ciudad herculina, entrará en la corporación como concejala no adscrita

07 oct 2020 . Actualizado a las 11:40 h.

Podemos rompe amarras con la Marea Atlántica. Isabel Faraldo, antigua secretaria general de la formación morada en A Coruña, cogerá el acta de concejal que deja Xiao Varela, anterior edil de Urbanismo y entrará en la corporación municipal de A Coruña. Pero Faraldo no se integrará en el grupo municipal de la Marea, sino que se establecerá de forma independiente, en principio como concejala no adscrita.

Faraldo, que concurrió en el número ocho de la candidatura de la Marea en las municipales del 2019, tomará posesión en el pleno de diciembre, ya que en la sesión de noviembre se dará cuenta de la baja de Xiao Varela.

La asamblea de Podemos se reunió este martes a las ocho de la tarde para analizar la entrada de la futura concejala en la corporación.

El partido prefirió no valorar el resultado de la asamblea -hoy está prevista una rueda de prensa-, pero sí ha trascendido que la decisión de tener una posición independiente en el pleno se tomó por unanimidad, aunque hubo algunas opiniones partidarias de la integración. En todo caso, la formación morada tendrá por primera vez representación propia, aunque por cuestiones numéricas será a través de la figura del concejal no adscrito.

La posibilidad de que Podemos se separase del grupo municipal de la Marea Atlántica estaba en el aire desde que Xiao Varela anunció su marcha de María Pita. 

Invitada a negociar las cuentas

Paradójicamente, uno de los primeros responsables políticos en exponer el asunto de forma pública fue un socialista, José Manuel Lage, que en el pleno del día 2, ante su inminente entrada en la corporación, invitó a Podemos a tomar parte en las próximas negociaciones económicas.

Los rumores se dispararon al día siguiente, el viernes, cuando la Marea Atlántica lanzó un ataque contra Mónica Martínez, exportavoz de Ciudadanos, por haber dejado esa formación hace meses y haberse integrado en el gobierno como concejala de Deportes. La Marea la tachó de «tránsfuga conservadora que defende intereses inmobiliarios». El ataque personal, desacostumbrado en este mandato, sorprendió a toda la corporación, ya que Martínez nunca había entrado en descalificaciones personales.

Los demás grupos políticos pronto interpretaron que en realidad ese mensaje de la Marea iba dirigido contra Podemos, que ya se planteaba desempeñar un papel propio en el Ayuntamiento. 

La propia Faraldo afirmó este lunes que hay «un clamor y un sentir» de que Podemos Coruña esté en la corporación como partido, mientras que el secretario general de Podemos en A Coruña, José García Buitrón, afirmaba que su partido no puede «diluirse» ni «quedarse sin voz». 

Progresivo distanciamiento

Buitrón ya intentó el año pasado que Podemos contase con una representación destacada en la candidatura de la Marea, pero finalmente se quedó en el número 8, que las encuestas situaban en el límite de los puestos de salida.

Pese a todo era un puesto mucho mejor que el logrado en el 2015, cuando los candidatos de Podemos fueron barridos en las primarias internas de la Marea. Todo ello a pesar de que el partido de Pablo Iglesias se perfiló desde su fundación en el 2014 como una fuerza política clave en A Coruña, que debía ser su puerta de entrada en Galicia.

Ese peso se demostró en las municipales del 2015. Pese a no tener puestos de salida, Podemos se volcó en la campaña. La presencia de Iglesias en un multitudinario mitin en Palexco disparó las expectativas de la Marea Atlántica, cuya candidatura la encabezaba un desconocido Xulio Ferreiro, proveniente del BNG.

Pese a ello, la relación con Podemos se rompió durante los últimos cuatro años, y la Marea llegó a negar su apoyo de forma pública a la formación morada en las dos últimas elecciones generales. Además, apenas apoyó la campaña de las autonómicas. Esas discrepancias facilitaron la decisión de Podemos de buscar su propio espacio en el pleno.