Reinventar el puerto: de Langosteira a la nueva fachada

Andrés Precedo Ledo CATEDRÁTICO DE GEOGRAFÍA

A CORUÑA

PUERTO EXTERIOR DE PUNTA LANGOSTEIRA
PUERTO EXTERIOR DE PUNTA LANGOSTEIRA CARLOS FERNANDEZ SOUSA

29 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Históricamente, la vida de la ciudad y del puerto han ido unidas, aunque en los últimos años se ha desdibujado su peso en la economía urbana. La compleja construcción del puerto exterior, particularmente la financiación, la conexión ferroviaria y el traslado de las instalaciones existentes han sido las prioridades. Ahora se abre un nuevo reto: la necesidad de diversificar el tráfico y de atraer nuevos clientes. Razones: se perdió el tráfico de contenedores, asumido por la nueva terminal ferrolana; la acelerada transición energética eliminó el carbón, quedando los cereales, la pesca y un tráfico petrolero que debe adaptarse también al cambio de modelo energético como principales activos. El puerto sigue ocupando el primer lugar de Galicia, pero con una caída en el movimiento de mercancías. Es la hora de pensar nuevas estrategias, incluida una posible Zona Franca, que otras experiencias lo avalan, incluso las dos de más reciente creación. También en el tráfico de cruceros, con un escenario muy competitivo y cambiante, tenemos ventajas para los medianos y pequeños de turismo de calidad, pero para los más grandes habrá que pensar en el Centenario. Son muchos retos, pero habrá que abordarlos para asegurar el futuro y rentabilizar las inversiones realizadas. No le falta tarea al nuevo presidente.

Con todo, el mayor de todos es el diseño de la nueva fachada marítima. Una gran apuesta de renovación urbana, y la mayor oportunidad de la historia de la ciudad para proyectarse hacia el mundo a través de una renovación de su borde litoral, como hicieron muchos otros puertos europeos desde los años setenta. Su diseño, por su trascendencia, requiere el nivel de excelencia que la ciudad merece y la dimensión internacional que necesita. Una visión que vaya más allá del cortoplacismo y de lo local, porque los muelles vacantes son la gran oportunidad para un gran proyecto de ciudad portuaria para el futuro. Y, dados los plazos de tiempo, es ahora un buen momento para lograr un acuerdo institucional y crear un consorcio público-privado entre las instituciones implicadas y los agentes económicos. Se abre así una nueva etapa de diálogo y cooperación. Es la ocasión para reinventar la ciudad y el puerto, retomando la memoria urbana que la propia Coruña ha ido escribiendo. Y estoy seguro que este será el objetivo del nuevo gobierno portuario.