¿Qué hacer con los tranvías? El dilema que debe solucionar el gobierno local

david garcía A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

No disponible

Los bienes con los que se quedará el Ayuntamiento están tasados en casi 900.000 euros

17 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Cinco tranvías históricos de los que circulaban por la ciudad y otros dos en estado ruinoso que llegaron desde Oporto conforman la mayor parte de los bienes con los que se quedará el Ayuntamiento después de que la junta de gobierno local aprobase ayer la desaparición definitiva de este servicio, que ya había dejado de estar en funcionamiento desde los primeros días de julio del 2011.

Ahora se abre un dilema para los miembros del gobierno local: ¿Qué hacer con estos bienes? El Ayuntamiento abonará a la Compañía de Tranvías algo más de 489.000 euros como liquidación por los gastos de explotación y mantenimiento de este medio de transporte. A cambio se quedará con cinco vehículos, tres de ellos conocidos como «Siemens», «Escoriaza» y «Brill», que circulaban hasta el 2011 por los raíles del paseo marítimo y otros dos «en estado ruinoso» y que habían llegado desde Oporto.

En total, los bienes que quedarán en posesión municipal suman un valor de 884.170,08 euros según una tasación que acompaña al inventario remitido por Tranvías a María Pita, de los que la mayor parte, 846.838,80 euros, corresponden con estos vehículos. El tranvía histórico coruñés fue antaño un reclamo turístico y una apuesta que debía tener su continuidad con el metro ligero, pero nueve años después de que dejase de transitar los vagones acumulan años de encierro en las cocheras de Monte Alto a la espera de volver a ser útiles.

Las posibilidades para estos tranvías tampoco son infinitas y en el seno del gobierno todavía no se ha tomado una decisión sobre el futuro de los vehículos y de la instalación en la que se almacenan. En la actualidad no son demasiadas las ciudades que mantengan en funcionamiento un servicio similar, ya que se han ido reemplazando por metros u otros medios de transporte.

Fuente de ingresos

Una de las opciones que se pueden plantear es la de la venta de los vehículos o, por lo menos, de alguno de ellos. De hecho, el año pasado todavía hubo contactos entre la empresa concesionaria del servicio de tranvías en la localidad mallorquina de Sóller y el Ayuntamiento coruñés sobre la posibilidad de adquirir alguno, pero las negociaciones no se llegaron a concretar en un acuerdo, al menos por el momento. Una segunda vía con la que obtener ingresos sería su venta a alguna exposición privada.

La venta de los tranvías supondría una fuente de financiación para las arcas municipales con la posibilidad de que el dinero obtenido se utilizase para otras inversiones o servicios aunque no es la única opción.

Una alternativa en la dirección contraria, es decir, sin un beneficio económico directo para el Ayuntamiento, es que los tranvías se utilicen como elemento de exposición, ya sea en un museo o en algún espacio público de la ciudad toda vez que no volverán a circular por los raíles del paseo marítimo. De este modo podrían mantener la naturaleza de reclamo turístico que les acompañó mientras funcionaron, aunque en una segunda vida.

Si encontrar una salida para los tranvías se antoja complicada, quizás lo sea más para el resto de elementos conservados en las cocheras. Un sistema de alarma, un medidor, un torno horizontal y cinco máquinas de tarjetas de conductor son algunos de los bienes que allí permanecen, a los que se suman un banco de madera, utillaje diverso, doce módulos multifunción para los tranvías y material remanente de la obra de instalación como las bobinas de cable sobrante de la catenaria.

El metro ligero, un deseo durante muchos años que nunca llegó a ser una realidad

El tranvía turístico se puso en marcha en el 1997 y realizó su último recorrido en el verano del 2011, poco después de que la idea de que A Coruña contase con una red de metro ligero en superficie estuviese lo más cerca que nunca había llegado de convertirse en realidad.

Este medio de transporte fue el deseo de la ciudad durante muchos años y todos los partidos políticos que pasaron por el poder municipal entre la década pasada y el principio de esta mostraron su interés en llevarlo a cabo.

El exalcalde Francisco Vázquez, que había puesto en marcha el tranvía, realizó esta promesa electoral, que fue también respaldada por el bipartito PSOE-BNG al incluirlo en el Plan Xeral de Ordenación Urbana (PXOM).

Mientras, el popular Carlos Negreira señaló que el suyo sería «el mandato municipal del metro ligero», aunque las consecuencias de la crisis económica echaron por tierra cualquier posibilidad, algo que se confirmó con el nuevo plan de ordenación del 2014.

En el 2009, durante la etapa del bipartito, en la estación de autobuses se podía contemplar un proyecto de metro ligero para la ciudad que estaba conformado por tres líneas y que aprovechaba las cocheras y los talleres del tranvía.

Por aquel entonces se calculó que la implantación del metro ligero tendría un coste de 160 millones de euros, aunque los estudios de viabilidad ya vaticinaban que se trataba de una idea tan ambiciosa como compleja

El proyecto del tranvía llega ahora a su estación final, aunque ya llevaba nueve años en punto muerto, mientras que su alternativa moderna, el metro ligero, nunca llegó a realizar su trayecto inaugural.