Tres exposiciones partidas por la pandemia

R. García A CORUÑA

A CORUÑA

M.MORALEJO

Manuel Vilariño exponía en Santiago y A Coruña al empezar el confinamiento. Ahora lo hace en Vigo

13 mar 2021 . Actualizado a las 09:51 h.

El inicio del confinamiento cogió a Manuel Vilariño con dos exposiciones estrenadas unos días antes, una en A Coruña y otra en Santiago. La primera sobrevivió al cierre, «después fue bastante gente a verla con cita previa». La segunda no. El fotógrafo insistió y en septiembre inauguró en el Marco de Vigo. La pandemia también obligó a cerrarla. Ahora reabrió y puede verse hasta el 5 de abril. 

«Confinaron los pájaros», resume Vilariño aludiendo a Rizoma, la exposición abierta a finales del mes de febrero del año pasado en la iglesia de la Universidad de Santiago. Un día después de la de Compostela, había inaugurado en la galería Vilaseco de A Coruña The Tempest donde mostraba imágenes de la costa de Ortegal y de Islandia; a este país había ido por primera vez hace 25 años «porque me interesaba la geología. Había hecho el curso de doctorado en geología, aunque ya era fotógrafo. Por eso me gustan los glaciares de la Capelada, esos acantilados son un laboratorio geológico, con unas rocas únicas...».

Vilariño busca que «al percibir un paisaje te transmita silencio. Percibir. Tocar. Sentir. Es como el sentido originario de un paisaje que, en definitiva, es contemplativo. La contemplación es fundamental en mi fotografía». Y a ella se dedica estos días, pendiente de los árboles de su casa de Guísamo «porque la primavera ya está aquí». Vilariño confiesa que sintió más el cierre de la exposición de Santiago «por la vinculación espiritual con ese lugar». Desde mediados de septiembre, el fotógrafo está exponiendo en el Marco de Vigo el proyecto Seda de caballo, comisariado por Fernando Castro Flórez. Después de su inauguración, la pandemia también obligó a mantener cerrada la misma. Con ello sumaba tres exposiciones y tres cierres en menos de un año. Con la última apertura de las actividades culturales ahora podrán verse en el museo olívico la selección de fotografías, vídeos e instalaciones de Manuel Vilariño, además de una parte notable de su producción poética de las últimas cuatro décadas.