Silvia Penide: «Los niños, como público, son un reto maravilloso para una artista»

Fernando Molezún A CORUÑA

A CORUÑA

MARCOS MÍGUEZ

La cantautora acaba de editar un libro infantil titulado «Diferentes diferencias»

01 nov 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Silvia Penide (A Coruña, 1979) lleva años contándonos historias a través de sus canciones. Pero ahora ha decidido cambiar de formato para acercarse a un público más complejo del que tiene habitualmente: el infantil. Y lo ha hecho con Diferentes diferencias un libro ilustrado editado en castellano, gallego y catalán que se presentará el próximo sábado en la sede de la editorial Bululú (calle Real, 9) y que la propia autora define como «un regalo que me ha dado la vida». Un libro dirigido, de entrada, a los más pequeños de la casa pero que será disfrutado por los padres en una primera instancia, como suele pasar con todos los libros «supuestamente infantiles»: «Es que funciona en los dos niveles, hay mensaje para todas las edades», afirma la cantautora y, ahora también, escritora.

—¿Cómo surge la idea de sacar un libro para niños?

—Fue una sorpresa para mi, nunca pensé en editar estos textos. Son historias para niños pero que tienen un mensaje implícito para adultos, y los solía leer en los conciertos, en los bises. Fue en uno de esos conciertos donde Xosé Duncan, de la editorial Bululú, se me acercó y me dijo que le había gustado mucho y que por qué no los publicaba.

—¿Qué nos cuenta en el libro?

—Son las historias de amigos míos imaginarios. Cada uno tiene sus particularidades, que son lo que los hace especiales. Se trata de destacar lo maravillosas que son las diferencias.

—¿Y esos amigos imaginarios se basan en amigos reales?

—Hay mucho de eso. Hay rasgos sobre todo de mis amigos más cercanos, aunque no sé hasta qué punto se reconocerán. Alguno que ya ha leído el libro no me dijo nada, así que no sé si se habrá dado cuenta de que está ahí dentro.

—Dice que es un libro para niños pero que también funciona con los adultos.

—Hay dos personajes muy especiales para mi: mi amiga la tortuga sin caparazón y la araña que ya no teje. Son las que más llegan a los adultos, las que les tocan más hondo, porque todos vamos súper rápido, nunca tenemos tiempo para nada... Son historias que no tienen edad, porque los niños lo cogen por un lado y sus padres por otro, lo cual es muy interesante. Eso es lo que vieron también desde la editorial, la capacidad de hacer reflexionar de estas historias.

—Conociendo su trayectoria, esperaba encontrarme un disco dentro del libro. Sobre todo teniendo en cuenta que los textos son como canciones.

—No hay disco como tal, pero sí que estoy trabajando en un espectáculo que gira alrededor de estas Diferentes diferencias. De hecho ya hay una canción titulada así que surgió a la par que los personajes. La intención de este espectáculo es que los niños vean un poco más allá de los propios textos.

—¿No teme enfrentarse a un público infantil, con la fama de implacables que tienen los niños?

—Es cierto eso de que son el público más exigente, pero también hay que decir que no tienen ninguna maldad. Te dicen lo que piensan, pero sin acritud. Los primeros proyectos que hice para niños me daban pánico Pero gracias a alguno de ellos, como el de A viaxe da palabra que non era valente, que era canción de autor para peques, aprendí a comunicarme con ellos, a llegarles. Y es una delicia, porque no tienen filtro, para bien y para mal. Es algo que perdemos cuando nos hacemos adultos, lo que no es bueno. Los niños, como público, son un reto maravilloso.

—Cuenta el libro con las ilustraciones de Emilio Urberuaga, el de Manolito Gafotas.

—Otro regalazo de la editorial. Tuvieron claro desde el principio que eral el ilustrador idóneo para estos textos, y creo que ha sido un acierto. Para mi sorpresa, cuando le presentaron los textos dijo que sí. Fue una gozada ver lo que él veía en mis historias, la interpretación que hacía.

—¿Es esto el inicio de una carrera como escritora?

—No lo creo. No es mi intención, al menos. Surgió de una manera tan bonita y natural... Pero bueno, que tengo muchas cosas en la cabeza y una de las que me gustaría materializar en un futuro es precisamente otro libro. Pero las canciones siguen siendo lo que prima en mi vida.

«La pandemia nos mostró lo necesario que es que salga adelante el Estatuto del Artista»

La pandemia no amilanó a Silvia Penide, que no dejó de embarcarse en nuevas iniciativas ni estando confinada. Hace un par de semanas, por fin, hemos podido volver a verla sobre el escenario del Mardi Gras presentando su disco Los días de plomo, acompañada de toda su banda y rindiendo homenaje a salas desaparecidas en estos fatídicos años. .

—Durante la pandemia no paró de hacer cosas.

—Esa es mi tónica general: no paro ni para coger aire. Lo pasé muy mal en las primeras semanas. Pero descubrí que, si no podía subirme a un escenario, sí podía hacer otras cosas para oenegés y otras iniciativas que iban surgiendo. Así que hice directos para recaudar fondos para diferentes causas, empecé a hacer videocanciones dedicadas e incluso le enviaron una a Rosa Montero, la escritora. Al final encontré la vía para poder ingresar algo, no lo del año anterior, claro, pero puedo sentirme una privilegiada.

—También la vimos tocando encerrada en un escaparate.

—Fue para reclamar lo que es nuestro por derecho. Los que nos dedicamos al mundo del espectáculo nos hemos quedado muy tirados y muy solos en este tiempo. El público conmigo se portó de maravilla, me sentí muy querida y apoyada. Pero es una cuestión administrativa, tiene que salir adelante de una vez el Estatuto del Artista, la pandemia nos enseñó lo necesario que es.

—Y se movilizó por las salas de conciertos.

—Es que ha sido terrible, con el cierre del Bâbâ Bar aquí o El Contrabajo en Vigo. Es algo que lamento no solo como artista, sino como público. Y vamos a editar próximamente la canción titulada Bâbâ Bar, dedicada a todas esas salas que han tenido que cerrar.