«Con el covid tuvimos que versionar hasta 14 veces el protocolo de partos»

R. DOMÍNGUEZ A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

EDUARDO PÉREZ

Belén López y Cristina Valiño, del Chuac, protagonizaron las Charlas Saludables

07 ene 2022 . Actualizado a las 17:53 h.

De modo presencial por primera vez desde la llegada del covid-19, las Charlas Saludables volvieron ayer al auditorio de Afundación de A Coruña. La crisis del coronavirus estuvo muy presente en la sesión de este ciclo de divulgación organizado por el área sanitaria de A Coruña y Cee con La Voz de Galicia, que en esta ocasión se centró en revisar la atención al parto en la realidad postpandemia. Lo hizo no solo para repasar hasta qué punto el virus lo trastocó todo, hasta la misma llegada al mundo, sino también para rescatar el aprendizaje de una situación insólita y dramática de la que, sin embargo, los sanitarios han sido capaces de extraer enseñanzas que «han llegado para quedarse», como subrayó Belén López Viñas, jefa de ginecología del Chuac, y que han transformado los modos de atender a los que se estrenan en la vida.

La especialista, acompañada por Cristina Valiño Pazos, supervisora del área materno-infantil del Teresa Herrera, resumió al público «la adaptación que tuvimos que hacer deprisa y corriendo cuando se presentó el covid», en marzo del 2020. «Tuvimos que reorganizar la asistencia a todos los niveles». Así, mencionó la necesidad de replanificar la atención obstétrica con la enfermería de primaria para el control de los embarazos de bajo riesgo y adecuar también la de las gestantes de alto riesgo. «Había que coordinar al máximo las citas para evitar desplazamientos a las embarazadas», explicó. En paralelo, hubo también que «garantizar la asistencia a las pacientes con cáncer, reorganizar consultas, el circuito de urgencias y toda la hospitalización; intentamos mantener la asistencia a las pacientes preferentes y a las que no veíamos presencialmente, las llamábamos para valorarlas y establecer un plan de seguimiento, y seguimos operando a las oncológicas», dijo.

En el materno atendieron a las embarazadas con covid positivo e «hicimos un protocolo de asistencia al parto que versionamos hasta 14 veces», recalcó López Viñas sobre los constantes cambios a medida que se conocía más de la infección. «Primero era muy restrictivo, porque de inicio apenas se sabía nada, la información que nos llegaba de China era confusa e incluso banal», explicó. Que la pandemia llegase a Galicia unas semanas más tarde, «nos permitió estar en contacto con la gente de Madrid para ver qué estaba ocurriendo y qué hacer, pero nosotros, como todos los hospitales y las sociedades científicas, optamos al principio por máximas precauciones: no sabíamos a qué nos enfrentábamos».

Lo positivo

Fueron días «duros y de mucha inquietud», reconoció, en los que «leímos lo que no está escrito», y en los que también comprobó la entrega y esfuerzo de los compañeros. «Enfermeras, auxiliares, celadores, pediatras, anestesistas... todos se volcaron, su comportamiento fue impecable a pesar de lo duro de la situación», recalcó. A todos ellos trasladó su «agradecimiento personal» por responder a necesidades cambiantes e incluso impulsar medidas que ahora se quedarán integradas en la atención al parto.

«Cosas que ya pensábamos hacer antes, se anticiparon con la pandemia», apostilló Cristina Valiño, que enumeró entre las herencias positivas del coronavirus «las habitaciones individuales» para las mujeres que dan a luz, los circuitos de altas precoces los fines de semana, de modo que salvo contraindicación expresa en 36 horas se van a casa o en 48 si es un parto por cesárea, o la limitación de las visitas en puerperio, que favorece «un ambiente de tranquilidad y refuerzan el vínculo de los padres y el bebé».

«Otro cambio importante —añadió la matrona— es que toda la atención y cuidados del bebé se hacen sin sacarlo de la habitación y con la familia». «No fue fácil», coincidió con López Viñas, y reiteró el esfuerzo de coordinación con pediatras y laboratorios para, por ejemplo, poder anticipar las pruebas metabólicas a los recién nacidos y facilitar así una vuelta a casa más temprana.

«Lo bueno, entre comillas, es que el volumen grande de gestantes con covid no lo tuvimos al principio, sino en la segunda ola, y solo se separó a un recién nacido de su madre, la primera que parió en pandemia, hasta ver que la PCR daba negativa», recordó la jefa de ginecología.

Conscientes del componente emocional y a medida que la evidencia científica lo permitía, se fueron flexibilizando las medidas. «La mujer siempre estuvo acompañada en el parto, y su bebé estaba con ella en la habitación con un familiar, que se lo ponía al pecho para mamar», explicó la ginecóloga. Para todos fue un alivio «comprobar que la transmisión era respiratoria», de modo que con mascarilla y correcta higiene de manos «la mamá podía estar con el niño».

Tres cesáreas en la uci de entre 94 alumbramientos de madres contagiadas

Desde que vivimos en estado de pandemia, en el Teresa Herrera han atendido en torno a 94 partos de embarazadas covid positivo, la mayoría sin complicaciones. Salvo «tres cesáreas programadas en la uci porque el estado de la madre era muy comprometido; afortunadamente —apuntó Belén López— la evolución después fue buena». En todos los casos «el patrón de la gestante que acaba en críticos es el mismo que el del resto de los pacientes —indicó—, con patología asociada al menos de obesidad».

El volumen mayor de gestantes contagiadas se dio en la segunda ola, y al margen de los casos más graves, «tuvimos alguna cesárea intraparto, la tasa repuntó levemente, está en el 20 %, pero la mayoría de los partos covid fueron vaginales, espontáneos o asistidos, pero vaginales».

Pese a la irrupción del coronavirus en marzo, el 2020 se cerró en el materno del Chuac con «exactamente el mismo número de partos que en el 2019», confirma la jefa de obstetricia. En el primer trimestre del 2021, hubo una disminución importante, de 135 nacimientos menos, reflejo del retraimiento que provocó el confinamiento también a la hora de decidirse a tener hijos. Aunque desde marzo se ha ido recuperando, «este año se cerrará con menos que el pasado», valora, pero con una experiencia insospechada hace apenas dos años, en muchos sentidos. «De fondo, nos queda la gratitud de las pacientes por la asistencia en esa época, y mi agradecimiento a todo el personal porque, al final, para que esto saliese adelante, fue imprescindible la colaboración de toda la gente del materno», concluyó Belén López.