Buscan en A Coruña a un hombre que asaltó a una mujer en un garaje atándola con bridas
A CORUÑA
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«No sé si me quería secuestrar o violar, pero robar desde luego que no era su objetivo», declaró la víctima a la policía, que lo considera un individuo peligroso y violento
11 abr 2022 . Actualizado a las 14:28 h.La policía busca en A Coruña a un hombre que no se sabe lo que pretende. Pero nada bueno. Lo que es seguro es que es muy peligroso y lo más preocupante es que sus características físicas son un misterio. Por tanto, es como cazar una mosca con la mano en una habitación a oscuras. Este jueves atacó salvajemente a una mujer en un garaje de la calle Tornos, entre el Agra y la Sagrada Familia, y al ser descubierto huyó sin que nadie, ni la víctima ni el testigo, pudieran aportar rasgo alguno del delincuente. Ni cuáles eran sus intenciones. Porque si quisiera robar un bolso, no se molestaría en atar con bridas a la mujer a la que asaltó. Ni echarse encima de ella armado con un cuchillo de monte cuando podía llevarse sus pertenencias una vez que doblegó a la agredida. ¿Un intento de secuestro? ¿Quería violarla? Ni ella ni la policía lo sabe, de ahí lo inquietante de la situación. Lo que tienen claro los investigadores es que se trata de una persona muy violenta y peligrosa a la que hay que detener antes de que vuelva a actuar.
Lo único que se sabe de él es su forma de actuar. El jueves pasado, sobre las 20 horas, una mujer entró en el garaje del número 16 de la calle Tornos para guardar su coche. Como hace habitualmente, la conductora se cerciora de que detrás de ella no entre nadie en el aparcamiento. Espera a que se cierre la puerta y se dirige a su plaza. Una vez que estacionó, salió del vehículo y cuando dio unos pasos se le abalanzó un hombre por la espalda. En ningún momento se dejó ver la cara. «No sé si llevaba capucha o no. Ni la edad que tiene. Ni si era blanco o de otro color», sostiene la víctima. Porque el asaltante siempre se cuidó de que la mujer no se diera la vuelta. La tiró contra el suelo entre dos vehículos. Y ahí se apagó la luz del garaje. Se puso con las rodillas encima y peleó con ella hasta que logró ponerle unas bridas en las muñecas. Luego intentó ponerle otras en las piernas. Y todo eso, con el bolso de la agredida a mano. Que podría coger sin ningún problema y llevárselo. Sin más. Pero «eso no le valía y no sé que es lo que quería», recuerda la mujer. En un momento dado, pese a que el hombre le tapaba la boca, pudo gritar. Él le «aplastó» la cabeza contra el suelo para que no lo hiciera, lo que impidió respirar a la víctima durante unos interminables segundos. De vez en cuando, le decía: «cállese o la mato». Aquello «debió de durar unos 5 o 7 minutos. Fue una eternidad», declaró la mujer ante la policía.
«Yo le decía que se llevase todo lo que quisiera, pero que no me hiciese daño», declaró. Hasta que la suerte se puso de su parte y en el garaje entró un coche. Las luces se encendieron, la víctima pudo gritar en un descuido del asaltante y el conductor del vehículo lo escuchó. El delincuente, al verse acorralado, cogió el bolso de la mujer y salió corriendo del aparcamiento a toda velocidad, dejando en el suelo el enorme cuchillo que portaba, así como unas bridas. Ella intentó seguirlo, pero no lo alcanzó. Muy cerca de allí, minutos después, pudo recuperar el bolso, pero ya sin cartera, en la que llevaba 60 euros.
«No sé si me estaba esperando, que iba a por mí. No sé si llevaba días vigilándome. No sé si me quería secuestrar o violar, pero desde luego que robar no era su objetivo. Tal vez me tocó a mí como le pudo tocar a cualquiera», explica la mujer, tan sorprendida por cómo se comportó el hombre como la policía. Otra de las cosas que más le llamó la atención fue que todas sus amenazas «las pronunciaba con odio. Lo sentía».
El hecho de que le gritara «cállese» y no «cállate», como diría un delincuente de aquí, hace sospechar que pudiera tratarse de alguien de nacionalidad latinoamericana. Pero eso todavía no está claro. Nada está claro.