Una calle en memoria de Gelines

Ramón Antelo Piña A CORUÑA

A CORUÑA

Gelines Patiño Iglesias
Gelines Patiño Iglesias CÉSAR QUIAN

Ángeles Patiño Iglesias, la querida quiosquera de Santa Catalina, falleció el pasado 28 de abril en A Coruña

08 may 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

María Ángeles Patiño Iglesias, Gelines, nació en Ferrol el 8 de julio de 1937 y siendo una niña vino para A Coruña, donde transcurriría el resto de su vida hasta que el pasado 28 de abril cruzó la frontera de la eternidad.

Residió muchos años con su familia en la Sagrada Familia, barrio en el que está el templo de San Rosendo y el centro social, instituciones que fueron referentes importantes y significativos en su polifacética actividad. En la parroquia empezó a ser catequista muy joven. Le ilusionaba y se notaba cuánto disfrutaba con los niños. Al salir de la iglesia, se apiñaban al lado de su imponente silla motorizada y la acompañaban hasta la calle.

Entre los años 70 y 90, el centro social Sagrada Familia era un hervidero de niños y jóvenes con multitud de actividades. Su patronato acababa de construir más de mil viviendas sociales que pasaron a habitar en su mayoría matrimonios jóvenes con varios hijos. En 1972 se celebraron 127 bodas en la parroquia y en 1974 se bautizaron 479 niños. Gelines era socia del centro y solía acudir todos los días. Allí creó y dirigió un grupo infantil de teatro. Disfrutaban y lo pasaban bien ensayando obras que luego representaban ante el público en el salón de actos. Con todo aquello Gelines era feliz. Lo de las excursiones era otra de sus especialidades. Cada año, organizaba varias de un día y al menos una de una semana a santuarios como Fátima, Covadonga, Lourdes, Nosa Señora da Barca... Y cuántas veces habrá ido a la famosa feria de Valença do Miño o a la Fortaleza. Disfrutaba viendo que la gente lo pasaba bien.

Para llevar a cabo tanta actividad, Gelines contó siempre con el acompañamiento y ayuda de su familia, sobre todo de su sobrina Angelita. La parálisis con la que tuvo que convivir desde los 7 años la convirtió en una persona físicamente frágil y con muchas limitaciones, pero no eliminó su voluntad férrea para afrontar las dificultades de la vida, ni su ilusión por vivir y disfrutar, su saber ver el lado bueno de las personas, las cosas y los acontecimientos. Era muy positiva y tenía mucha empatía. Por todo ello, por ser una de las personas más conocidas, no sería descabellado pensar que estaría bien que una calle de la ciudad llevase el nombre de Gelines para honrar y perpetuar su memoria.