Noelia Pago: «Se acabó eso de 'hay una pelea, la chica policía que no salga'»

Loreto Silvoso
Loreto silvoso A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

MARCOS MÍGUEZ

Cuando la inspectora responsable del Punto de Contacto de Igualdad del 091 se convirtió en agente, hace 30 años, las mujeres eran el 2 % del total; hoy representan el 17 %

25 jun 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Tres flamantes paisajes de Huesca compiten en belleza con los jardines de Méndez Núñez desde las paredes del despacho de Noelia Pago Latorre (Huesca, 1974). Estamos en la Jefatura Superior de la Policía Nacional, dos plantas más arriba de la Oficina de Denuncias, en la Avenida do Porto de A Coruña. «Tras 17 años viviendo aquí, todavía tengo presente mi tierra, pero mis hijos son gallegos y yo me considero coruñesa de adopción», explica la inspectora responsable del Punto de Contacto de Igualdad de la Policía Nacional.

—¿Cuántas mujeres son a día de hoy en la institución policial?

—Las primeras mujeres entraron en el año 1979 en el cuerpo superior. A día de hoy somos 11.824, casi el 17 % del total.

—Lo que da idea de que aún es un cuerpo muy masculinizado.

—Pues cuando yo entré, en el año 94, éramos solo el 2 %. Vamos mejorando y se nota en la calle.

—¿Ya no sorprende a nadie ver a una mujer policía?

—Eso es. Hoy está normalizado. Cuando empecé, haciendo prácticas en Zaragoza, una señora mayor me pidió un abrazo de la alegría que se llevó al ver a una mujer policía por la calle.

—¿Fue de las primeras en salir con el uniforme?

—En esa época en Zaragoza éramos tan pocas que, cuando salía de patrulla con el uniforme, la gente se sorprendía al verme.

—¿Lo suyo fue vocacional?

—Desde pequeña quise ser policía. Me gusta la aventura [ríe]. Empecé en la escala básica y fui ascendiendo por promoción interna hasta la ejecutiva.

—¿Y le gusta ser policía?

—Mucho. Tiene sus momentos agrios, pero también dulces, como es ayudar a la gente. Ahora estoy encantada pudiendo ayudar a mis compañeras, porque el techo de cristal a menudo no se ve.

—Pero está ahí. ¿Cuántas agentes de ese 17 % de mujeres policías son jefas?

—Según los datos de nuestro plan de igualdad, en el 2016 teníamos una comisaria principal y ahora mismo, en el 2023, tenemos 22 comisarias principales en toda España. Esto muestra el interés que tienen las policías por ascender. Y que hemos avanzado.

—¿Qué más hace falta?

—Formación y sensibilización. Estamos haciendo muchas cosas. En el 2021 se publicó el protocolo de actuación ante supuestos de violencia de género dentro de la Policía y, hace pocos meses, el protocolo ante casos de acoso sexual y acoso por razón de género, orientación e identidad sexual. Está enfocado sobre todo a conductas incipientes.

—¿Cuántas veces han tenido que aplicar estos protocolos?

—Son muy recientes todavía, pero lo más importante es que las víctimas ahora tienen una persona a la que poder dirigirse.

—¿Padecen sus colegas féminas de ese falso paternalismo por parte de sus compañeros chicos?

—En eso también hemos mejorado. Cuando yo entré había muchos compañeros que intentaban protegerte: «La chica que no salga del coche, la chica que no haga tal». O había una pelea y te decían: «Quédate aquí, si tal ya te aviso». ¡Yo no hacía ni caso! Pero eso ha cambiado totalmente. Ahora, en la calle, somos un compañero más.

—¿Cómo afecta el lenguaje?

—De manera importante, por eso hemos sacado unas guías sobre el tema. Una vez que introduces el lenguaje inclusivo, te das cuenta de lo que supone. En vez de decir «el policía», decimos «el personal policial»; o en vez de «jefe superior», dices «la jefatura superior», por ejemplo.

—¿Se llegará algún día a alcanzar la paridad en la Policía Nacional?

—Se está llegando a cotas igualitarias en las aspirantes que acceden a la Policía Nacional. En la escala ejecutiva, un 43 % de las aspirantes son mujeres, y en la escala básica son el 34 %. Esto muestra el gran interés que tienen las mujeres españolas en ingresar en la Policía y nosotros las estábamos discriminando con el requisito de la altura. Este año se ha eliminado.

—¿La conciliación es la trampa?

—Ellos cada vez piden más permisos para conciliar. En todos los años que yo llevo se ha notado un cambio muy importante.

Sensible con la igualdad: «Que la sociedad vea que la Policía Nacional está comprometida con el avance en materia de igualdad y con los derechos humanos y las jefaturas es lo que nos está abriendo camino», explica la inspectora Noelia Pago. «Hemos avanzado mucho, pero hay que seguir formándose en esto y sensibilizando al personal».

«Se ha eliminado el requisito de la altura, porque era discriminatorio para las mujeres»

Está orgullosa Noelia Pago Latorre del trabajo que se ha realizado hasta ahora y que se sigue realizando en el seno de la Policía Nacional a favor de la igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres dentro del organismo. Prueba de ello es la función que ella realiza.

—¿Con qué objetivo nace el Punto de Igualdad de la Policía?

—Trabaja como un observatorio para detectar posibles áreas de discriminación, para analizar la situación de la mujer en la Policía Nacional y para promover acciones que favorezcan la conciliación de la vida familiar y personal.

—¿Qué desigualdades entre hombres y mujeres encontraron?

—Pues, por ejemplo, el requisito de la altura. A los hombres se les pedía 1,65 para entrar, y a las mujeres, 1,60. Se hizo un estudio sobre la media de altura de la población española. En los hombres había nueve centímetros de diferencia, y en las mujeres, dos. Así que se llegó a la conclusión de que era discriminatorio, porque podían presentarse a la Policía Nacional un 80 % de los hombres y tan solo un 50 % de las mujeres. Este es el primer año que se elimina el requisito de la altura en la Policía.

—¿Desde cuándo funciona este Punto de igualdad en A Coruña?

—Todo empezó en el 2018, cuando se creó en Madrid la Oficina Nacional de Igualdad de Género. En el resto de España estamos los puntos de contacto, que somos 36, ademas de 19 personas adjuntas y 34 suplentes. En Galicia soy yo la titular, más una suplente que está aquí en A Coruña y una adjunta que está en Vigo. Realizamos nuestras funciones a mayores de nuestro puesto de trabajo catalogado. Yo soy jefa de personal.