Scaloni se compromete con A Coruña: «Nuestros caminos se volverán a encontrar»

Ana González Núñez
Ana González A CORUÑA

A CORUÑA

El pregón del campeón del mundo versó sobre su vida en la ciudad y la petición de apoyo al Dépor

02 ago 2023 . Actualizado a las 11:32 h.

El exjugador del Dépor y seleccionador argentino, Lionel Scaloni, hizo de la plaza de María Pita una fiesta con su pregón. Empezó recordando que cuando en el 1997 le dijeron que tenía la oportunidad de jugar en el Dépor fue «la mejor elección» de su vida. «He pasado los mejores años de mi vida en esta ciudad. Tiene un encanto especial: Se come bien, se vive bien y tiene gente muy respetuosa. Estaré eternamente agradecido», subrayó el exfutbolista, que cantó y se emocionó con los asistentes a la cita, que abarrotaron el lugar.

«Esté donde esté, llevo esta ciudad en el corazón», aseguró Scaloni justo antes de hacer una declaración de intenciones: «Nuestros caminos se volverán a encontrar, no tengo ninguna duda». Esta afirmación fue recibida entre aplausos y seguida de gritos de «entrenador, entrenador». Entonces, el pregonero aprovechó para animar a la afición del Deportivo. «Como estamos hoy es como me gustaría que toda la ciudad esté cuando juega nuestro Dépor, que es lo que necesitamos ahora», dijo. «No importa en que categoría estés. Nosotros estamos por el escudo, por la ciudad. Es lo importante. No dejemos de apoyar», pidió Scaloni.

También recordó su época en A Coruña con sus compañeros. «Éramos jóvenes, disfrutábamos saliendo. Ustedes hagan lo mismo, disfruten, pásenlo bien que esta ciudad tiene un encanto inigualable», insistió el pregonero, visiblemente emocionado. Se despidió con un «¡Volveremos!».

Por su parte, la alcaldesa, Inés Rey, que tuvo un lapsus al presentarlo y lo llamó Lionel Messi se refirió a él como «un coruñés de Argentina». «Esta cidade que leva no seu ADN a festa, o desfrutar da cidade aberta e cosmopolita que hai moitos anos mandaba a moita xente ao outro lado do Atlántico e que hoxe a recibe cos brazos abertos», remarcó la regidora, que le dio las gracias y la bienvenida a Scaloni.

Tras el emotivo pregón, el exjugador atendió a los medios de comunicación y, preguntado sobre los gritos de «entrenador» señaló que ya lo es, entre risas. «Ya dije que en algún momento nuestros caminos se van a volver a cruzar. Yo creo que sí, porque en un lugar donde te han dado tanto en algún momento había que devolverle lo que nos dieron», resaltó el pregonero, que comentó que no hay prisa, pero insistió en sus ganas de volver.

Los hinchas del Deportivo recibieron al argentino con los ojos empañados

Los hinchas más devotos se pegaron a las vallas que cerraban el pasillo de soportales y las puertas que conducían al corazón de A Coruña

Andrés Rey / R. D.

Desde pasadas las 20.00 horas, miles de camisetas del Deportivo se apiñaban ayer ante el Ayuntamiento herculino. Los tambores de los Riazor Blues retumbaban con fuerza, pero las voces de toda la plaza de María Pita se los acabaron comiendo.

A las 20.43 horas, una furgoneta negra llegó al flanco derecho del edificio institucional y la gente se volvió loca. Primero se bajaron su mujer y sus hijos, y después Lionel Scaloni. Lo recibieron entre gritos de «dale campeón, dale campeón» y «que de la mano de Scaloni toda la vuelta vamos a dar».

Los hinchas más devotos se pegaron a las vallas que cerraban el pasillo de soportales y las puertas que conducían al corazón de A Coruña. En cada farola estaban encaramados cuatro o cinco jóvenes que no se querían perder ningún detalle. Scaloni, sonriente, saludó personalmente casi a cada uno de sus seguidores y firmó decenas de camisetas. No entró en el Consistorio: pasó de largo, más allá de la puerta; no entró hasta llegar a la otra punta de la fachada a través de un verdadero baño de masas.

Entre la multitud, un hombre le sonreía a su hijo, con los ojos empañados. Le preguntaba «¿Cuántas fotos tienes con el campeón del mundo, eh?», y luego volvía a cantar. Carolina lloraba junto a su marido y sus dos pequeños. «Llevó 20 años acá en Galicia y me tocó mucho cuando Argentina ganó el mundial», dijo con acento rioplatense. «Ver a Scaloni tan de cerca, con mi familia, ha sido tan real... No sé qué decir», añadió.

El argentino entró por las grandes puertas, que se cerraron tras él. Dejó a sus fanes botando, enloquecidos, enamorados. No tardó mucho en asomarse al balcón para mirar a los ojos a la estatua de María Pita y encontrarse con una gran pancarta justo delante de ella: «Grazas por levar o Depor por bandeira».