«Cada uno tiene una situación distinta, pero es difícil dejar tu vida atrás, a tu familia»
A CORUÑA

En esta edición del Programa Retorna, colaboración con la Fundación Venancio Salcines de A Coruña, han participado 15 descendientes de emigrados que se forman para trabajar en establecimientos hosteleros gallegos
19 oct 2023 . Actualizado a las 05:00 h.A sus 18 años, Daniela Gandoy acaba de abandonar su Cuba natal para adentrarse en la que sin duda será la aventura de su vida. Por si cruzar un océano fuese poco, esta joven, con su título de bachiller recién estrenado bajo el brazo, ha escogido formar parte del Programa Retorna Cualifica Emprego, promovido por la Xunta de Galicia en colaboración con la Fundación Venancio Salcines, y que busca traer a descendientes de gallegos emigrados en países de Latinoamérica. La premisa de este programa, que este año celebra su tercera edición ante la buena acogida de las anteriores convocatorias, es formar a los nuevos «retornados» para cubrir las vacantes existentes en determinados sectores, como la hostelería o la construcción.
En esta ocasión, la directora general de Formación para o Emprego e Orientación, Zeltia Lado, visitó las instalaciones de la Escuela de Hostelería de A Coruña, donde estos 15 alumnos llevan semanas realizando un curso intensivo para trabajar como ayudantes de cocina. «Yo conocí este programa por una vecina que había participado el año pasado. Ella me animó a venir», explica esta cubana con raíces lucenses. «Mi intención es quedarme aquí, formarme y trabajar en Galicia», confirma con la ilusión de quien tiene toda la vida por delante y, sin duda, muchas puertas abiertas. Y es que a pesar de su juventud, Gandoy no es completamente ajena al mundo de la hostelería. «Trabajé como camarera, pero nunca había estado en cocina», reconoce. El mayor choque cultural que tuvo fue la forma de hacer la tortilla. «Aquí se come muy poco hecha», bromea.
El caso de Bárbara Persechini es un poco diferente. Esta argentina, nacida en Buenos Aires, comparte con el resto de sus compañeros la ascendencia gallega. «Mis abuelos eran de Ortigueira y de Pontevedra», confirma esta emprendedora que, antes de venir a Galicia, trabajó en diferentes sectores, también en el de la restauración. «Siempre quise venir. Siento que estoy haciendo un homenaje a mis abuelos, que desgraciadamente no pudieron volver, pero llevaron su tierra en el corazón», confiesa emocionada. Si bien la opción de cruzar al otro lado del charco estuvo muy presente en los planes de la argentina, fue la situación social y política de su país la que provocó esta decisión. «Especialmente la inseguridad», enfatiza. «Estaba preparada para la presión que se genera en la cocina, pero me faltaba el conocimiento de la comida gallega», admite. Si algo destaca de su experiencia en este programa es el sentimiento de compañerismo y apoyo que se genera entre todos los participantes. «Todos hemos dejado a gente atrás. Al final somos como una gran familia», reconoce.

Este sentimiento es compartido y secundado por el venezolano Manuel Ignacio Pérez, ingeniero de formación reconvertido en pinche de cocina y que, junto con Persechini, es otro de los veteranos del grupo. «Es difícil dejar tu vida atrás, a tu familia. Todos vivimos esta experiencia de forma diferente, cada uno tiene su situación, pero nos apoyamos y ayudamos mucho», confirma. Solo con ver cómo los más jóvenes prestan atención a cada una de sus palabras y a sus «comandas» de cocina, se nota que se ha convertido en un referente para las nuevas generaciones que lo acompañan en este viaje. «Ojalá puedas plasmar por escrito lo mucho que me alegro de haber tomado esta decisión. Lo único que me falta es traer a mi mujer y a mis hijas, que espero que sea pronto», reconoce, destacando el trato que la sociedad gallega en su conjunto les está dispensando. «Estoy muy agradecido por esta oportunidad», concluye, todavía con el delantal puesto.