Cuidar a los que nos cuidaron

R.D. SEOANE

A CORUÑA

Una pareja mayor pasea agarrada de la mano por Oleiros (A Coruña)
Una pareja mayor pasea agarrada de la mano por Oleiros (A Coruña) MARCOS MÍGUEZ

Residencias, atención en el hogar, centros de día, ayuda para envejecer en casa... Nada sobra para una dependencia que no deja de crecer y que en la comarca coruñesa ya consume 100 millones

02 feb 2024 . Actualizado a las 10:31 h.

Aunque afecta de forma más severa a las zonas más envejecidas de Galicia, sobre todo el interior de las provincias de Ourense y Lugo, se trata de un fenómeno en crecimiento sostenido en toda la comunidad. En apenas una década, la tasa de dependencia, que mide el ratio de población activa (de entre 16 y 64 años) con respecto a la no activa (los niños y los mayores), en la provincia coruñesa creció más de un punto. Se trata de un indicador no solo con un claro significado económico, sino también el reflejo evidente de unas necesidades que no dejan de ir a más para garantizar el cuidado de quien no puede disfrutar de una plena autonomía para la vida cotidiana.

Para beneficiarse de los diferentes sistemas de apoyo, las Administraciones establecen distintas vías, a las que solo se puede acceder tras el reconocimiento de la dependencia y la elaboración de lo que se denomina programa de atención individualizado (PIA). Algo que en Galicia, como en el resto de España, todavía no ha logrado resolverse en los seis meses que establece de plazo la propia ley: de media se tardan 370 días. Acortar esos tiempos y adelantar al máximo tanto el reconocimiento del derecho a una prestación como el propio PIA es un empeño, y también un compromiso, compartido por los agentes públicos que intervienen en el cuidado a mayores y personas con discapacidad.

Sin salir del ámbito provincial, ya hace un lustro que ese grupo demográfico dependiente superaba las 50.000 personas. Por algo el presupuesto para servicios sociosanitarios es el más elevado de las cuentas autonómicas: en la provincia supera los 180 millones, y solo las comarcas de A Coruña y Betanzos consumen alrededor de 100 millones, sin contar programas asociados, como el bono de cuidado en el hogar.

4.000 en residencias

En el área sanitaria coruñesa son 4.000 los vecinos que viven institucionalizados en unas 70 residencias de la tercera edad y atención a personas con discapacidad a las que a medio plazo se sumará en Eirís la financiada por la Fundación Amancio Ortega, que sumará 150 plazas más. Al margen de esos hogares para mayores, el Gobierno dispone de una red de centros de día y, en el caso de la comarca coruñesa, existen concellos pequeños, caso de Abegondo, Aranga, Vilarmaior y Mesía, donde Política Social ha creado en los tres últimos años las denominadas Casas do Maior, espacios que persiguen no separar a los ancianos de su entorno con diferentes programas de estimulación y socialización y, al tiempo, colaborar a asentar población en el rural en torno a la actividad que generan estos recursos de atención.

Sin salir de sus casas, para atender a la dependencia también funciona uno de los servicios más esenciales y nunca suficiente, la ayuda en el hogar, cofinanciado por Administración estatal (30 %) y autonómica (70 %) y que gestionan los propios municipios, que también realizan importantes desembolsos para tratar de cubrir adecuadamente los requerimientos vitales de este colectivo. En paralelo existen fórmulas de apoyo a los cuidados, como el reciente complemento universal para personas que no tienen acceso a una residencia pública, que percibirán 1.200 euros al año como ayuda para el pago de su plaza, o los fondos destinados al Bono Coidado no Fogar, por el que cada usuario recibirá 5.000 euros de forma directa para sufragar parte del coste de ser cuidado en su propia casa, ya sea por un familiar o por personal ajeno. Esta medida, que mejora la conocida como libranza no contorno (de 40 euros a 416 al mes), ha comenzado a suponer en enero un ingreso a mayores para 6.345 vecinos de los municipios del entorno de A Coruña.