Un año después, sin noticias del hombre que se salvó de milagro de la explosión de la lavandería de Pocomaco, en A Coruña

Alberto Mahía A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

MIGUEL MIRAMONTES

La última vez que se vio al afortunado cliente fue en vídeo que se hizo viral y jamás regresó al lugar pese a los intentos de localizarlo

21 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace un año hubo un milagro en el polígono de Pocomaco. El 14 de marzo del 2023, un hombre se salvó de sufrir importantes heridas o incluso morir por cuestión de segundos. Fue salir de una lavandería, dar unos pasos y producirse una fuerte explosión en el local. Las imágenes dieron la vuelta a España. Y a día de hoy, todavía nada se sabe de aquel hombre tan afortunado. La última vez que se le vio fue en aquel vídeo viral. Nunca regresó al lugar. Nunca dijo esta boca es mía. Así como abandonó el establecimiento dejando la muerte a su espalda, desapareció.

«Non o coñecemos, desde logo, non é nativo de Mesoiro. Pero é que por aquí pasa moita xente ao estar no polígono e tamén hai moitos alugados que viñeron hai pouco», apuntan desde la asociación de vecinos de Mesoiro y Vío.

Los hechos sucedieron en la Sexta Avenida de Pocomaco, entre los números 1 y 3, unos minutos después de las 19.30 horas, en la entrada del polígono, en Mesoiro Vello, cerca del parque de adultos que existe en la zona.

La onda expansiva reventó el cristal del local y abrió una gran grieta en la fachada. Los bomberos comprobaron que la pared estaba visiblemente dañada y decidieron tirarla abajo porque suponía un riesgo para los transeúntes.

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Fueron diez segundos desde que salió de la lavandería y cerró la puerta. Un lapso de tiempo extremadamente breve pero vital para el cliente del centro Auga e Xabón que se libró, por los pelos, de la explosión de una de las secadoras del establecimiento, la que estaba justo al lado de la cristalera del escaparate, que salió volando por los aires.

El vídeo de una de las cámaras interiores del negocio, y filtrado a las redes sociales, refleja la magnitud de la detonación, provocada por un cargador de gas empleado para mecheros y que otro usuario dejó dentro del electrodoméstico industrial.

El protagonista por accidente del suceso es un desconocido entre el vecindario y también para la propietaria del establecimiento, que en su día reconoció que le gustaría poder contactar con él y que solo deseaba volver a la tranquilidad. Podría tratarse de uno de los muchos camioneros que descargan o cargan en el polígono y aprovechan para lavar ahí su ropa.

Una semana después del suceso, el negocio volvió a abrir con normalidad y en perfecto funcionamiento. Todo quedó en un susto y desde aquel incidente provocado por el despiste de un cliente la gente ha vuelto a lavar y secar allí su ropa.