Así es de aterrador por dentro el edificio okupado de la ronda de Nelle en A Coruña

alberto mahía A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

Violadores, traficantes, mafias de la mendicidad entre niños y desprotegidos

18 jun 2024 . Actualizado a las 19:33 h.

Si uno se pone frente al número 120 de ronda de Nelle y mira su fachada dirá que lo de dentro será mucho peor. Se equivoca. Es mil veces peor.

La miseria asoma por las ventanas con medio cuerpo fuera. No hay cristales. En su lugar hay mantas, sábanas, tablas y cartones puestos sin esmero, dejando entrar el frío, la lluvia y las miradas miedosas de los vecinos de la zona que llevan años avisando de que ahí habrá algún día una desgracia mayor de las que ya hubo. El propio comisario provincial de la Policía Nacional reconoció hace unas semanas que este edificio es el mayor problema de la ciudad. Un incendio sería una catástrofe y ahí hay mechas de sobra. Basura en las escaleras, en las casas, televisiones robadas en los rellanos, cables entrelazados para robar la electricidad, sillas de niños, mantas y sin una gota de agua. En estado líquido solo están los charcos de orina en algunos descansillos.

Hay niños en este edificio de diez plantas y veinte viviendas que no para de salir en los periódicos porque muchos de los que ahí están de okupas fueron y son protagonistas de graves sucesos. Más allá de la droga que se vende en algunos pisos, a los que acuden a todas horas toxicómanos, en ese inmueble apareció hace unos meses un hombre muerto, un padre abusó de su hija, otro maltrató a la suya, algunos se pelearon, hicieron de dos viviendas un depósito de chatarra, el Ayuntamiento sacó 10 toneladas de basura en mayo del año pasado y hace unos días detuvieron a uno de los residentes por violar a una joven en los Cantones. Dejarían exhausta la rotativa de El Caso.

No hace falta ir a la hemeroteca para recordar lo que ahí dentro pasó hasta hoy desde que ese edificio fue poco a poco abandonado por familias que no habían roto un plato en su vida, sustituidas por otras que los rompieron todos. 

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Hartazgo vecinal

Ahora ahí dentro pasa de todo casi todos los días. Los vecinos de la zona, hartos de vivir con el miedo pegado en la frente, decían ayer mismo que las peleas son habituales, los lanzamientos de botellas desde las ventanas, también, y que las discusiones se escuchan en Riazor. Los aludidos le quitan hierro. Dicen que se exagera, que no hay problemas entre ellos, que están a lo suyo sin meterse con nadie.

Uno de ellos reconoce que en algunos pisos se alquilan habitaciones. Sin preguntas, sin nóminas que presentar, sin más aval que decirle al inquilino: «Me quedo con tu cara». Las estancias son inmundas. Hay algunas que tienen una renta de 100 euros. Otra de 80. Se pasan casi todo el día dentro, en sus habitaciones o en el portal, donde comen, beben y orinan. Pero ese llanto no baja a la calle. Lo que baja son las bullas, los vasos volando y algún tortazo que otro.

La propiedad nunca hizo caso a los requerimientos municipales

El Ayuntamiento de A Coruña notificó varias veces a los propietarios del inmueble okupado y que ha causado numerosos problemas de convivencia en los últimos años que tomen medidas de seguridad en el edificio. La notificación llegó la última vez a través del Boletín Oficial del Estado tras haberse intentado, sin efecto, comunicarlo de forma personal al no haber recogido los avisos previamente enviados. Se trata, según fuentes municipales, de la «enésima notificación». «Se ordena a la propiedad la adopción de medidas de seguridad en la fachada principal y la realización de trabajos de reparación o mantenimiento de la fachada posterior al patio». No hubo respuesta. Nadie en el barrio sabe quién es el propietario actual. «Antes era de dos hermanos que vivieron en él», dicen.