Elena Castro: «El teletrabajo ha aumentado el número de animales domésticos en la ciudad»
A CORUÑA
La presidenta de CanCoruña participa en las jornadas UrbanDog que se celebran el fin de semana en el Fórum
03 jun 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Este fin de semana se celebran en el Fórum Metropolitano las jornadas UrbanDog, un foro en el que se hablará de bienestar animal, de adiestramiento y de educación con distintos especialistas en la materia. Una iniciativa que pone en marcha el Ayuntamiento como respuesta al hecho de que se están batiendo récords en el número de hogares que cuentan con mascota en la ciudad. En estas jornadas estarán presentes entidades como CanCoruña, que lleva años luchando por dotar a los parques coruñeses de infraestructuras que faciliten la convivencia con los animales. Su presidenta, Elena Castro (A Coruña, 1967), participa el sábado en una charla que lleva por título El perro en la sociedad actual.
—¿Qué le parece esta iniciativa?
—Es fantástica y muy necesaria. Los ayuntamientos tienen que fomentar el bienestar animal, la tenencia responsable, que las personas tengan conocimientos de lo que es un perro y lo que tienen que hacer para conseguir una convivencia plena. Sobre todo, porque cada vez hay más perros y cada vez se les considera más un miembro de la familia.
—El censo de mascotas supera al de niños en la ciudad. ¿Hay una fiebre por los animales domésticos?
—Yo eso lo achaco a que cada vez estamos más sensibilizados con los animales. Pero creo que desde la pandemia, sobre todo con el teletrabajo, la cosa se disparó. Siempre me he encontrado con muchas personas que decían que les encantaría tener un perro, pero que no encontraban el momento adecuado porque tenían demasiadas obligaciones y no podían prestarle la atención que merece. Muchas de esas personas han encontrado ahora ese momento al trabajar desde casa, lo que les permite conciliar, estar más pendientes del perro. Ojo, que no quiero decir que haya que estar a todas horas con él, que eso es terriblemente perjudicial.
—En el foro UrbanDog se hablará de la educación de los perros, algo que depende directamente de la de los humanos.
—Hemos avanzado mucho, creo que ya se tiene muy claro que hay que poner límites. Tenemos un perro que va a vivir en una sociedad y, además, en una ciudad en la que vivimos en vertical, con muchísimos habitantes por metro cuadrado. Esto no es el campo y la convivencia, los buenos hábitos y ser responsables unos con otros es fundamental. Y para eso hay que ponerles límites a los perros, enseñarles desde el primer momento, porque si no imponen sus reglas.
—A veces somos demasiado permisivos con nuestras mascotas.
—Es fundamental tener claro lo que es un perro. Es un animal, al que queremos mucho y cuidamos con todo nuestro cariño, un miembro más de la familia, pero es un animal. Ni siente como nosotros, ni tiene nuestros gustos ni nuestros hábitos y mucho menos nuestros instintos. Y para colmo, tampoco utiliza nuestro mismo lenguaje. Así que no podemos dejar que imponga lo que él quiera, sino que tendrá que adaptarse a la sociedad, porque si no la convivencia es imposible. Y hay que enseñarle, porque él no conoce las circunstancias que le rodean, y ahí es cuando surgen los problemas de comportamiento. Tiene que adaptarse.
—Y la ciudad, ¿se va adaptando a los perros?
—Sí que ha habido una adaptación, aunque quedan todavía muchas cosas que hacer. CanCoruña se constituyó en el 2004 precisamente para reivindicar una zona de esparcimiento canino en Santa Margarita. Y se consiguió, pero la idea no quedaba ahí, sino que iba más allá, extender las áreas caninas por distintos puntos de la ciudad para que todo el mundo tuviese una más o menos cerca de casa. Se hicieron algunas, como la de Novo Mesoiro, pero el proyecto inicial quedó parado. Ahora se va retomando poco a poco la idea. No el proyecto original, pero sí que se están habilitando zonas, más allá de las propias áreas caninas, para que los perros puedan estar sueltos en determinadas franjas horarias, como sucede con las playas.
—Cuentan con la cala de Bens como playa canina todo el año.
—Por algo hay que empezar, aunque queda un poco lejos. Y el perro no puede subir en un bus urbano.
—¿Ve posible que Riazor y Orzán lleguen a ser playas con acceso permitido a perros en época de baño?
—Sí, aunque no lo veo como algo inmediato. Tiene que haber antes una labor de concienciación. Que se va haciendo, pero no es fácil. No a todo el mundo le gustan los perros, ni tienen por qué gustarles. Así que hay que ser muy respetuosos. Todas las cuestiones de convivencia son complicadas y llevan su tiempo.
—En el encuentro del Fórum se hablará sobre la nueva normativa de bienestar animal.
—La ley es muy necesaria, pero salió como salió y tiene puntos muy ambiguos. Le faltan desarrollo y muchos reglamentos para que pueda aplicarse. Sin duda es mejor tener esta ley que no tener ninguna, pero hay que seguir trabajando en muchos temas.
«Podría plantearse la posibilidad de una ayuda sanitaria para las mascotas»
Las mascotas ocupan cada vez una posición más destacada dentro de la sociedad, hasta el punto de que las ciudades se van modificando según sus necesidades.
—¿Cree que terminarán beneficiándose las familias propietarias de ayudas concretas para la tenencia de mascotas?
—Sí que podría plantearse la posibilidad de algún tipo de ayuda sanitaria para los animales. Igual que hay que tener un seguro de responsabilidad civil, se deben atender las necesidades sanitarias de los animales, más allá de los medios económicos de cada hogar. Hay operaciones muy caras a las que no todo el mundo puede hacer frente y esos problemas llegan sin que te los esperes. Hay que tener en cuenta que muchos perros cumplen fines terapéuticos o de sociabilización, por ejemplo, para personas mayores.
—Ahora todo el mundo va paseando con su perro y con su botellita de agua.
—Sin duda, es que es fundamental. Las deposiciones hay que recogerlas y tirarlas a los contenedores de orgánico, y los pises hay que limpiarlos. Es más, no hay que dejar que el perro haga pis en cualquier lado, ante un portal o a la puerta de un comercio en el que entra y sale gente. Es una cuestión de sentido común.
—¿Cómo están las cosas en CanCoruña?
—Nos mantenemos en cuanto a número de socios. Pero sí que es cierto que antes organizábamos muchos cursos presenciales y que en los últimos años hemos hecho más cuestiones online. Pero queremos recobrar la presencialidad, porque es mucho mejor. Incluso organizábamos el Correcán, con el que salía muchísima gente a la calle. Eso quedó un poco atrás, pero queremos seguir trabajando en todas estas cosas.