Nicolás Iglesias: «Lo de ser médico está idealizado, gana más un fontanero»

Pablo Portabales
Pablo Portabales A CORUÑA

A CORUÑA

Nicolás Iglesias Pena, dermatólogo en el Hospital San Rafael de A Coruña.
Nicolás Iglesias Pena, dermatólogo en el Hospital San Rafael de A Coruña. Marcos Míguez

Su especialidad es la dermatología. Tiene 34 años y dos niños pequeños. Le gusta el rock y formó parte de alguna banda tocando la guitarra

30 jun 2024 . Actualizado a las 18:58 h.

Es de familia de médicos. Su padre se dedica a la medicina general, su mujer es cardióloga, su hermano mayor cirujano plástico y la hermana pequeña acaba ahora la especialidad de alergología en Madrid. «Yo me decanté por la dermatología gracias a conocer a Virginia Fernández Redondo en una rotación. Con ella descubrí el mundo de las alergias cutáneas y me decidí a esta especialidad, que hice en el Abente y Lago y ahora soy dermatólogo en el San Rafael», relata Nicolás Iglesias Pena, de 34 años y padre de dos hijos de 10 y 3. «El mayor nació en el 2013 y yo aprobé el mir en enero del 2014. Siempre he priorizado el hecho de estar con ellos, de criarlos, por eso solo estoy en la sanidad privada», destaca este profesional de la promoción de Medicina de Santiago del 2007/2013. Es decir, de esos cuya nota media con la selectividad es de las más altas de Galicia. «Creo que lo de ser médico está idealizado. No está remunerada para el sacrificio que supone. Gana más un fontanero», asegura. Charlamos en la parte exterior de la cafetería Copacabana. A ratos sale el sol y me doy cuenta de que estoy con un dermatólogo y no me he puesto crema de protección. Se lo confieso.

Cuidados de la piel

«El sol es importante, fundamental. Es la fuente de la vida en la Tierra, si no, no estaríamos aquí. Lo que pasa es que hacemos una vida de interior y de repente nos vamos quince días de vacaciones y nos ponemos varias horas al sol sin preparación previa. Soy de los que piensan que no es necesario echarse crema todos los días, y más en esta zona del planeta donde vivimos. Un poco de sol viene bien, eleva el humor y ayuda a sintetizar la vitamina D, pero siempre en dosis adecuadas y dependiendo de tu tipo de piel», analiza mientras señala con el dedo mi rostro coloradote. Empieza el mes de julio y tiene claro que «el éxito es que los niños no se quemen. Hasta el día de hoy mis hijos no se han quemado. Hay que evitar quemaduras sin obsesionarse», sentencia. Es una persona tranquila, familiar y afable a la que le encanta su profesión. «Es muy variada porque vemos desde un cáncer de piel en una persona mayor a un bebé con sus primeros eccemas. Me interesa de manera especial el tema del acné. Hace unos años escribí un libro que autoedité destinado tanto a profesionales como a pacientes. Me sirvió para ponerme al día y repasar todo lo que se sabe sobre este problema. Tiene solución, pero hay un tipo de personas que lo tienen que tener muy controlado, como le sucede al que es hipertenso o al que tiene el colesterol alto», explica el autor de Hablemos sobre el acné.

Un buen sombrero

Sus padres son oriundos de los concellos de O Pino y Teo y Nicolás vino al mundo en Santiago, aunque toda su infancia y juventud la pasó en Cariño, donde su padre ejerce la medicina. Desde hace unos años A Coruña es su casa y se encuentra muy a gusto. Es un apasionado de la música y aunque este año no fue al Resu ya tiene entradas para ver a la banda Dream Theater en noviembre en Leganés. «Mi sueño sería ir a un concierto de AC/DC con su formación original. Toco la guitarra y tengo una buena colección. Estuve en varios grupos, siempre de rock, y toqué con Andrés Balado, que es de Cariño. Con mi mujer comparto otros gustos musicales, por ejemplo Sabina y Leiva», confiesa. Volvemos a hablar de la piel y de este sol de verano que parece que no se decide a salir. «A veces un buen sombrero es mejor que una crema. O una camisa de manga larga también nos protege en un momento determinado. No se debe subestimar el papel de la ropa. Y también es importante estar a la sombra», apunta sonriente. Unos sabios consejos que, unidos a cremas de protección y buenas dosis de sentido común, deberían evitar quemaduras en nuestra piel. Lo dice este profesional amante del rock y del acné.