María Bruzos y Alba Domínguez, autoras de «¡Sorpresa!»: «He escrito un cuento con mi hija para que los niños se impliquen en casa»

Loreto Silvoso
Loreto Silvoso A CORUÑA

A CORUÑA

EDUARDO PEREZ

Gerente de una empresa de limpieza, está muy concienciada con la igualdad y en el reparto de las tareas del hogar

24 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Una ha escrito el cuento y la otra ha hecho las ilustraciones, pero ambas trasladan el mismo mensaje. María Bruzos y Alba Domínguez, madre e hija, tienen claro que las tareas del hogar son responsabilidad de toda la familia. Su libro, titulado ¡Sorpresa! (Editorial Pequeños Diamantes), relata las travesuras y desventuras de dos hermanos pequeños con la plancha y la fregona. María nos cuenta los detalles.

—¿Qué le inspiró a la hora de escribir este cuento?

—Como mujer trabajadora y madre de dos hijos, considero muy importante la implicación de los más pequeños a la hora de colaborar en las tareas domésticas. Es bueno para ellos, porque aprenden y les da seguridad en la vida. Como tengo una empresa de empleo doméstico y limpieza, pensé en escribir algo relacionado con la igualdad.

—La ansiada igualdad.

—Le empecé a dar vueltas a enseñarle a los niños alguna cosa sencilla sobre las tareas de casa. La verdad es que nunca me ha coincidido encontrar un cuento que incentive a los más pequeños. No me doy cuenta de haber visto nada parecido, se me ocurrió y empezamos a darle forma.

—¿Cómo surgió la idea de colaborar juntas en este proyecto?

—Hablándolo con mi hija Alba, que es una persona sensible y creativa, nos hemos animado a darle forma a nuestra idea: ella ilustrando y yo contando, porque creemos que puede ser útil.

—¿Cuál es el mensaje principal que quieren trasladar?

—Ante todo, el libro nace con la idea de colaborar con la Fundación Aladina [su misión es ayudar a niños y adolescentes enfermos de cáncer y a sus familias]. Ahí es cuando caigo en la cuenta de que sería bonito que también fuese un granito de arena a la hora de fomentar la igualdad.

—La igualdad y la corresponsabilidad son un trabajo de fondo.

—Considero que, poco a poco, tiene que ir desapareciendo ese yugo que supone para muchas mujeres y niñas que la tarea no se acabe nunca.

—Dicen los estudios que, todavía, por cada hora que los hombres dedican a las tareas domésticas las mujeres dedican tres.

—Limpias, planchas, haces la comida, la cena... Es un largo etcétera que nos impide el descanso en algún momento del día. Y, mientras, observamos que, aunque hemos ido evolucionando y cada vez nos modernizamos más a la hora de que los hombres se impliquen en este rol, aún falta mucho camino por andar.

—Hay que educar desde la base.

—Sí. Y hay que comenzar ese camino desde que los varones son pequeñitos. Este libro lo planteamos como un juego, para que vayan absorbiendo y aprendiendo con naturalidad.

—¿A quién va dirigido?

—Está indicado para niños de 3 a 6 años. Narra la historia de dos hermanos que se quedan solos en casa, les parece que hacer las tareas del hogar es fácil, pero crean alguna que otra situación graciosa cuando sus padres no están.

—¿Alguna experiencia personal influyó en la historia?

—Mis hijos Alba (17 años) e Iván (12 años) podrían haber sido los protagonistas del cuento perfectamente [ríe].

—¿Cómo manejan el reparto de tareas en su propia familia?

—Tratamos de enseñarles por igual a los dos. Siempre les fuimos encargando las tareas por la edad.

—¿Qué cosas pueden hacer y a partir de qué edad?

—¡Pregunta difícil! [ríe]. Diría que ya desde los 4 o 5 añitos pueden ordenar, recoger, poner la mesa y después ya limpiar algo. El conocimiento de estas tareas es útil para todos, seas hombre o mujer. A veces se cae en el error de explicarle más las cosas a la niña. Y al niño no se le introduce tanto en las tareas domésticas. Estamos cambiando, pero la igualdad aún no está conseguida.

Algún niño grande se lo tendría que leer: Con su cuento, María Bruzos (A Coruña, 1971) busca ayudar a los niños a desenvolverse en el hogar y, también, a concienciar a todos en materia de igualdad: «Que no recaiga tanto en las niñas».

«Damos trucos, como que si se te pega un chicle en la ropa lo puedes quitar con hielo»

¡Sorpresa! es el libro infantil que acaban de publicar María Bruzos y su hija Alba. Una historia muy divertida que, además de entretener, intenta fomentar la colaboración y la igualdad en la realización de las tareas domésticas. Editado por Pequeños Diamantes, también se distribuye a través de Amazon y es solidario. Parte de los beneficios irán destinados a la Fundación Aladina. «Pensé en ayudar a los niños con cáncer porque son mi punto débil», afirma María Bruzos.

—¿Está encaminado a que los niños se conciencien de que en casa todos tenemos que colaborar?

—Se trata de que, de manera divertida, los pequeños aprendan lo necesario desde una edad temprana, cuando son auténticas esponjas. Los conocimientos adquiridos en este tema les serán útiles cuando sean mayores, y tanto niñas como niños verán con naturalidad las tareas del hogar.

—¿Cómo ha sido la experiencia de escribir madre e hija?

—Muy buena. Haber compartido esta experiencia con mi hija Alba ha sido muy especial para mí. Es la primera vez que me pongo a escribir un cuento y es un recuerdo que me va a quedar para siempre.

—Termina con una relación de pequeños trucos de limpieza para los más pequeños de la casa.

—Sí, les damos trucos, como que si se te pega un chicle en la ropa lo puedes quitar con un cubito de hielo. O que si quieres sacar brillo a los grifos para lograr el «efecto espejo» debes frotarlos con alcohol.

—¿Cómo han reaccionado los primeros lectores de su entorno con la publicación?

—Pues están sorprendidos [ríe]. Es algo diferente y está gustando bastante en general. La reacción es muy buena.