Javier Seoane: «Pedro Brandariz fue el pegamento que unió el talento que hay en Galicia»

El 22 de febrero del 2023 la comedia hecha en Galicia se quedó huérfana. Fallecía Pedro Brandariz, un factótum para el que un día normal era, por la mañana, rodearse de niños en su librería A Carapuchiña Feroz para contarles el cuento del Grúfalo; por la tarde rodar un par de capítulos de las múltiples web series en las que participó y, por la noche, subirse a un escenario como miembro de un grupo de improvisación para enfrentarse a un público adulto. El cineasta Javier Seoane (A Coruña, 1991), tuvo la fortuna de trabajar con él en numerosas ocasiones. La más recordada, quizá, la de Mataría, web serie ganadora del Mestre Mateo entre otros premios y que la muerte de Pedro dejó sin conclusión. Ayer estrenó en Los Cantones Cines un documental sobre esos años de trabajo con el genial cómico.

—¿Qué quiso mostrar en este documental?

—El origen real de Mataría y el trabajo que hicimos Pedro y yo entre el 2020 y el 2022. También van algunos capítulos incorporados, los más relevantes de cada temporada, y por el medio hay varias sorpresas que sé que tocan el alma de muchos de los que conocieron a Pedro. Al fin y al cabo esto es su homenaje.

—La serie quedó a medias.

—Claro, porque el día antes de morir Pedro estábamos grabando un capítulo. Teníamos en mente que esa fuera la última temporada, porque teníamos otros proyectos, pero queríamos grabar unos diez capítulos y se quedaron en cuatro.

—¿Cómo surgió esa fructífera relación entre Brandariz y usted?

—Nos conocíamos de trabajar precisamente en otras web series. Bueno, Pedro es que estaba en todas. Pero coincidimos en Peter Brandon y en El método sueco. Le llamé para que participase en un capítulo de Antolepsia, una serie que estaba haciendo yo en aquel momento, y terminamos hablando de hacer algo juntos.

—Lo que ocurre con Mataría es curioso. Parte del odio más profundo a personas que, la verdad, merecen ser odiadas. Pero resulta, a pesar de eso, terriblemente amable, incluso tierna.

—Es cierto. Y el secreto está en el humor blanco de Pedro y en su figura. Siempre fue una persona muy entrañable que sabía hacerse querer. Aunque sí que hubo algún capítulo que generó algo de polémica, como el de los taxistas. Pero no es más que una sátira de nuestra sociedad, de personajes que todos reconocemos y que a todos nos ponen muy nerviosos.

—En cada capítulo sale usted haciendo un pequeño papel.

—Fue algo que empezó como necesidad, por falta de medios, y se quedó como firma. No hay que olvidar que aunque nos terminaron dando muchos premios, éramos una serie de guerrilla. En el primer capítulo éramos tres grabando, y hacía falta un figurante, así que me metí yo. Hizo gracia e hicimos que en cada capítulo apareciese yo en algún momento, sin decir nada.

—Pero al final pasaron por la serie nombres relevantes de toda Galicia y de toda España.

—Sí, salieron Rober Bodegas, Alex O’Doherty, El Kanka, Carolina Iglesias, Sergio Pazos, Touriñán, J.J. Vaquero... Yo que sé, un montón de gente. Eso era cosa de Pedro, que movía a muchísima gente echándole mucho morro. El no ya lo tenemos, decía.

—Y grabaron incluso confinados.

—Fue un reto. Aprendí a dirigir por wasap. Les decía que me enviasen un plano así y otro de tal manera... Y luego lo editaba y montaba todo en casa. En el fondo fue bonito, crear algo así, en un momento tan complicado, entre todos, desde casa... ¡Y que funcionase, porque no salió nada mal!

—¿Echa de menos a Pedro?

—Demasiado. Con cada idea que tengo lo primero que pienso es en comentársela, a ver qué le parece. Se fue demasiado pronto, es que ni pudo ver cómo triunfaba. Eso sí, ha dejado un legado enorme que sigue vivo. Hay muchísima gente que se ha unido, que empezó a crear y que sigue trabajando y haciendo cosas gracias a él. Fue el pegamento que unió el talento que hay en Galicia.

«Fue complejo condensar una historia como la de Correa Corredoira en 40 minutos»

Javier Seoane es también el responsable del terreno visual de la discográfica Sunwalk Records, un receptáculo de talento ubicado en A Coruña con un concepto integral de la creación musical como el que tenían en la Motown.

—¿En qué andan ahora en la discográfica?

—Hemos sacado el videoclip de un cantante, Yafre, con su tema No tanto. Hicimos una especie de Thriller gallego, con vampiros y hombres lobo, rodado en Vila Concepción, en Cambre. Y tenemos otro proyecto documental muy chulo, para mostrar el trabajo de Sunwalk desde dentro. Vamos subiendo el proceso de creación de una canción desde cero. Ya tenemos subido el primer capítulo a nuestras redes sociales y pronto subiremos otro. Además tenemos listo para salir en un par de meses el primer epé de Noelia Perpetuo, que se titula Bolboreta. Y ya estamos trabajando en su correspondiente videoclip, claro.

—También ha estrenado hace poco A caverna dos soños, un documental sobre uno de los pocos genios que quedan en la ciudad, Correa Corredoira.

—Lo hice junto a Víctor Barús y Eulogio JERL. Fue complejo condensar una historia como la de Correa Corredoira en tan solo 40 minutos, porque ahí hay mucho que contar y mucho que ver. Aparte de contar su historia, en el documental se muestra el proceso creativo del artista, con una pintura que tenía a medias y que quiso acabar con nosotros presentes, en vivo. Al final quedó una cosa muy completa. Muy condensado todo, porque es corto, pero es un recorrido por la vida del pintor muy emotivo e íntimo. Se podrá ver el día 18 en Betanzos, se proyectará en el cine Alfonsetti, y el 29 en la Filmoteca de Galicia.

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