Una casa okupa en ruinas, detrás de la oleada de robos en Someso, en A Coruña
A CORUÑA
Denuncian el trasiego de toxicómanos al inmueble, donde el viernes murió un hombre
23 ene 2025 . Actualizado a las 10:04 h.La casa okupada «se va a venir abajo cualquier día», augura un vecino de la calle Cabana, en la zona de Someso. Cuenta que la mitad de sus ventanas están rotas y lo peor es que no tiene suelo, que son vigas viejas de madera las que soportan el peso de los que allí viven desde hace unos ocho meses. Antes habían okupado la de al lado, pero un incendio la destruyó y usurparon la actual. En la zona reconocen que las seis personas que la habitan no causan problemas a la vecindad, los que los provocan son los numerosos toxicómanos que entran y salen día y noche. Los okupas, añade Antonio, residente en la misma calle, «se pelean entre ellos y ya tuvo que venir la policía en varias ocasiones. Discuten mucho y a veces terminan a tortas».
Los vecinos creyeron el viernes pasado que la presencia de dos coches de la policía y una ambulancia frente a la casa respondía a otra disputa entre sus moradores. Luego apareció un coche fúnebre y se llevó el cuerpo de un hombre que había muerto por causas naturales.
En resumen, la situación es esta: Los okupas corren peligro de que el inmueble se derrumbe, de que algún día ocurra una desgracia en una de sus peleas y que el número de toxicómanos que acuden, supuestamente a comprar droga, «llenaron de inseguridad la zona, desde el Coliseum a Espacio Coruña y el recinto ferial».
Denuncian que en las proximidades de la casa no se producen robos, «posiblemente porque los okupas exigen a los que les compran que en los alrededores del inmueble no hagan nada malo. Pero lo hacen unos metros más abajo», asegura Mercedes, vecina de Someso de toda la vida. Destaca que la inseguridad «aumentó desde que allanaron la casa».
Criminalidad
Oleada de robos en coches y miedo entre los residentes a ser asaltados. Contaba este martes Lucía Fernández, vicepresidenta de la asociación de vecinos del Sector 7 Recinto Ferial —una zona que incluye el polígono de Someso, Espacio, ExpoCoruña y el Coliseum— que son muchas las personas que han adquirido espray de pimienta para sentirse más seguras. «Bajamos al perro y no paramos de ver gente con mala pinta y peores intenciones», dijo. El robo en coches es casi diario, tanto en el aparcamiento que hay frente a Espacio Coruña como en los garajes. En alguna ocasión hasta robaron ruedas y combustible. Los vecinos exigen más presencia policial en la zona porque son muchos los delincuentes que tienen ese lugar como campo de operaciones.
Vigilancia
Los vecinos suelen hacer rondas. Lo han intentado todo. Desde recogidas de firmas, reuniones con las autoridades, y hasta han hecho piña para protegerse y ejercer de vigilantes. Los residentes en las torres de Someso están permanentemente en contacto. Cuando alguno observa a alguien sospechoso, avisa al resto. Incluso algunos llegan en coche, lo aparcan y cuando nadie los ve, actúan. Contra eso, los vecinos fotografían los vehículos y hasta a los presuntos delincuentes. «El problema es que no puedes llamar a la policía porque tengas sospecha de alguien. Lo tienes que ver con las manos en la masa y los ladrones se cuidan mucho de que no se les sorprenda», cuenta Lucía Fernández.
Drogadicción
Los residentes piden planes de ayuda a toxicómanos y políticas de deshabituación. La representante vecinal de Someso está convencida de que la sociedad debe luchar contra las drogas y apoyar a esas personas que han caído en esa «terrible enfermedad». Por eso, los residentes piden a las autoridades que haya más recursos para rehabilitar a los toxicómanos. Cuenta que les da igual qué roban. Se conforman hasta con una camiseta que les dé para pagar una dosis. Y así se pasan todo el día, buscando dinero de manera desesperada». A la representante vecinal se le vino el mundo encima el día que se acercó a una chica «guapísima» para intentar ayudarla: «Le dije que saliera de eso, que podía, que era muy joven. Ella me contestó que había caído en una depresión y poco a poco se hundió en el fango».