Los niños ya no van al jardín

Sandra Faginas Souto
Sandra Faginas CRÓNICAS CORUÑESAS

A CORUÑA

ANGEL MANSO

Ese término apenas se usa, porque tampoco es que los peques correteen por allí como hacían las generaciones anteriores

06 feb 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Mientras no dejo de ver noticias de coruñeses que se juntan en cenas o comidas con su pandilla del jardín, mientras me cuentan que otro montón recuerdan cómo jugaban a diario en Méndez Núñez, un grupo de madres millennials me asegura que eso del jardín ya no se lleva. Me refiero a la palabra. Los niños coruñeses juegan en los parques, en las plazas, o quedan en el Copacabana y en el Atalaya. Hasta ahí la comunicación fluye, y los niños coruñeses van aprendiendo que pueden distraerse en el parque de Maestro Mateo, de la Marina o de la plaza de Pontevedra. ¿Pero y los jardines? ¿Y el jardín por antonomasia? Ese término apenas se usa, porque tampoco es que los niños correteen por allí como hacían las generaciones anteriores cuando no había tantos columpios. Y tan pocos niños, todo hay que decirlo.

Desde que en el jardín no hay peces (y ya van unos cuantos años), el reclamo de ese estanque —al que fuimos tantos y tantos de pequeñitos— es muchísimo menor. Apenas hay niños en la zona de la rosaleda (por allí, eso sí, se ven muchos perros), aunque algunos sigan jugando alrededor de la cafetería Atalaya para el descanso de los padres. Pero hay pocos niños, cada vez menos en esos espacios, porque tampoco se baja al centro como se hacía antes a diario, cuando el tiempo libre en las familias era más largo y todo se concentraba en esos jardines que nos parecían inmensos. Fueron otras épocas en las que se iba con la bici a la explanada del Kiosco Alfonso, y los bancos se llenaban de madres con bolsas de la merienda mientras sus hijos desfogaban por allí. Ahora hay poquísimos niños y no quedan peces. Y el jardín se ha sustituido por el parque. Jugar en los jardines de Méndez Núñez es evocador, una estampa de un tiempo que se congeló.