La encrucijada del centro histórico de A Coruña: «Preferimos xentrificación a ruína»
A CORUÑA

Vecinos y comerciantes de la zona de San Nicolás se quejan de la degradación asociada a media docena de inmuebles abandonados que conviven con flamantes rehabilitaciones para fines turísticos
16 feb 2025 . Actualizado a las 05:00 h.A 150 metros de María Pita la gentrificación ha dejado de ser el peor de los males para convertirse en la hipérbole indeseada de una posible solución. «Se ao lado da túa casa hai media ducia de edificios abandonados onde medran centos de ratas e ti as ves día si día tamén, tes que cruzar unha rúa na que hai un enxame de mosquitos que non se vai en todo o verán e o chan está cheo de merda de pomba, que vas pensar dos pisos turísticos? Que son o mal menor e que benvidos sexan. Si, preferimos xentrificación a ruína», afirma categórico un vecino de San Agustín al pie del andamio que desde hace años ocupa todo el ancho de la calle para asegurar la fachada del número 20.
Un palmo separa el plano superior de esta estructura metálica de las ventanas de la vivienda del párroco de San Nicolás, situada en el primer piso del edificio anexo a la iglesia. «Tiene todo atrancado desde dentro, porque cualquiera puede subir al andamio y entrar en el piso», se quejan desde la parroquia.
El armazón metálico, que obligó a anular dos puertas de un bajo donde se celebran actividades y se presta ayuda social, protege a los peatones de desprendimientos procedentes de un inmueble centenario de tres plantas con galerías, cuya fachada está parcialmente cubierta por una red.
Colindante, el 18 también aguanta detrás de una malla agujereada. Y en la medianera opuesta, en el 24, una humilde casa de bajo más primero resiste cerrada a cal y canto con la foto de un diamante gigantesco —fue joyería— en el lugar reservado para los escudos nobiliarios.
Para las tres ruinas se han solicitado licencias de obra. Un proyecto planeaba unir los números 18 y 20 antes de llevar a cabo una rehabilitación integral, mientras que en el 24 pretendían aumentar la superficie y también rehabilitarlo. En ambos casos, los informes de la comisión encargada de aplicar el Plan Especial de Protección y Rehabilitación Integral de la Ciudad Vieja y Pescadería (Pepri) fueron desfavorables.
El mercado resiste
«Aquí los pisos cuestan 500.000 euros. Hay uno en venta en mi edificio por ese precio, reformado, de cerca de 200 metros cuadrados», apunta Jesús señalando un bloque construido en 1978 dos portales más adelante de donde se encuentran las tres casas destartaladas. A la vuelta de la esquina, en un tramo de 50 metros de la calle San Nicolás, funcionan tres edificios de viviendas turísticas. Pasar dos noches ronda los 250 euros.
El mercado resiste a la degradación de la zona. «La verdad es que parece una calle como de otra época, es una pena», opina María Bazarra, propietaria del estanco de San Agustín. «Hace tres meses tuve que llamar a la policía porque apareció una rata muerta en un rincón cerca de mi puerta. La verdad es que no es habitual, pero tal como está la zona no invita a entrar, es horrible. Por lo menos, para un turista que no conoce por dónde anda no debe de ser atractivo pasar por aquí a ciertas horas», describe Alejandro Vázquez, que abrió una tienda de arte y antigüedades en el número 14, al lado de las ruinas, y decidió instalar tres focos para iluminar la entrada de su negocio, desapercibido desde el exterior.
«Este año el Ayuntamiento tuvo la generosidad de ponernos alumbrado navideño, y eso que estamos en una calle relevante que fue supercomercial antes de que las grandes superficies acabaran con casi todo. Estamos entre la Estrecha de San Andrés y la plaza de los Huevos. Aquí al lado abrió el primer supermercado de la ciudad. Pero, ¿cómo íbamos a competir los pequeños si el 50 % de las ventas anuales se nos van en impuestos, entre IRPF, IVA o Sociedades?», pregunta Vázquez.
«A mí me resulta muy curioso que hayan sido precisamente los mayoristas chinos quienes más favorecieron la recuperación del pequeño comercio. Nos dan el mismo precio que a los grandes, pero sin obligarnos a comprar 10.000 unidades de nada», apostilla el comerciante.
Ratas de camino al museo
En la «ruta de los museos» también se encuentra desde hace 16 años la colchonería de Javier Fernández. «La llamo así porque todos los turistas de los cruceros que van a Belas Artes o a la Domus pasan por aquí», dice este coruñés de Monte Alto, que sufre los nidos de paloma a 50 centímetros de su puerta. En el solar contiguo, denuncia, se cuentan por centenares, palomas y ratas. Existió un edificio y un bar legendario que ocupaba el bajo, La Penúltima, de los que «solo quedan la fachada combada y los cascotes y cristales que se van cayendo. La última vez, un día de Navidad a las siete de la tarde», precisa.
«Todos los días veo a una rata como un gato cruzando desde el otro lado hacia el solar, y cuando no la veo me entero por los gritos de la gente de la calle. Todos los días tengo que fregar tres veces los excrementos de las palomas de la entrada para que no acaben dentro de la tienda. La máquina de limpieza antes pasaba todos los días, ahora con suerte viene un día a la semana. ¿Qué imagen estamos dando?», pregunta el comerciante.
En detalle
1.351 Viviendas de uso turístico inscritas a principios de mes en el Registro de Empresas y Actividades Turísticas (REAT) de la Xunta. La oferta de este tipo de alojamientos creció en A Coruña un 11 % en los últimos 12 meses. Incluye 3.559 habitaciones con 6.587 plazas.
0,5 VUT/100 hab. La ordenanza municipal que regulará las viviendas turísticas en la ciudad establece un límite por barrios de 0,5 pisos por 100 habitantes. En la Ciudad Vieja, donde están empadronadas 13.000 personas, no podrán funcionar más de 65 alojamientos.
214 edificios en ruinas. Alrededor de 70 inmuebles se encuentran en calles del centro histórico (Ciudad Vieja y Pescadería). Desde el 2019, el Ayuntamiento abrió 56 expedientes sancionadores contra 44 inmuebles por ruina o deficiencias.