La historia nos está recordando que siempre hubo una clase alta y unos currantes muy, muy por debajo. Una vez soñamos que había también algo en el medio
23 abr 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Dice el economista británico Gary Stevenson en uno de sus vídeos virales que estos últimos setenta años han sido una anomalía. Porque antes, un trabajador medio no podía aspirar a comprar una casa. Eso era lo normal. La clase trabajadora vivía de alquiler antes de que para la generación de sus padres hacerse con una vivienda se convirtiera en el plan de vida común de esos mismos trabajadores que, con unos sueldos normales (sea esto lo que sea, ustedes ya me entienden), podían afrontar una hipoteca. Comprar se convirtió en parte de las aspiraciones normales de (casi) cualquier currante. Que los bancos regalasen las hipotecas justo antes de que la burbuja del ladrillo nos explotara en la cara, contribuyó a alimentar esa cultura.
Pero la economía nos han vuelto a poner en nuestro sitio. En esta ciudad, ¿qué trabajador con un sueldo normal puede comprar un piso? Ayer leíamos en estas mismas páginas que en el primer trimestre del año, el precio medio del metro cuadrado ha pasado de 1.885 a 2.045 euros. Pero es que el alquiler ha crecido también. De 9,87 a 10,69 euros por metro cuadrado. Un informe de Fotocasa publicado ayer indica que en la provincia hay que dedicar una media del 36 % del salario bruto a pagar la renta de un piso de 80 metros. Es la cifra más alta desde el 2019.
Si alquilar no es ya una alternativa, la idea de que sale mejor la hipoteca no es real. Porque una cosa es la cuota mensual y otra el ahorro necesario para llegar a ese punto. Como un río que vuelve a su cauce, la historia nos está recordando que siempre hubo una clase alta y unos currantes muy, muy por debajo. Una vez soñamos que había también algo en el medio. Dudo mucho que nuestros hijos sueñen lo mismo.