Eva Fontela, psiquiatra: «Tú no tienes la culpa de que tu hijo tenga una psicosis»

A CORUÑA

En sus primeros meses, la unidad de primeros episodios de psicosis del hospital coruñés Abente y Lago ha atendido a 35 pacientes
25 may 2025 . Actualizado a las 15:10 h.El pasado otoño comenzó a funcionar en el hospital Abente y Lago la unidad de primeros episodios de psicosis para pacientes de entre 18 y 40 años. Al frente está la psiquiatra Eva Fontela.
—La previsión inicial era detectar unos cien nuevos casos cada año. ¿Cuántos pacientes han atendido hasta ahora?
—Desde octubre tenemos 35 casos. El balance es positivo. Se entiende que nunca van a ser cien porque algunos no irán al médico de cabecera, ni al hospital ni al psiquiatra. Y luego nosotros tenemos un área sanitaria dispersa.
—Tengo la sensación de que no tenemos muy claro qué es la psicosis, que está rodeada de muchos mitos y estigmas.
—Los trastornos psicóticos son trastornos mentales que causan una pérdida de contacto con la realidad. Los síntomas psicóticos pueden presentarse en un trastorno bipolar, un trastorno esquizofrénico, un trastorno delirante... Con la evolución y observación de otros síntomas, se puede concretar el diagnóstico. Hay personas con un único episodio y otras que tienden a las recaídas.
—En España hay 10.000 nuevos casos de psicosis al año, sobre todo entre los más jóvenes. ¿Por qué es tan importante la detección temprana?
—Lo más habitual es que el primer episodio surja entre los 18 y los 25 años. Hay casos de inicio más tardío, pero por debajo de los 35 es la inmensa mayoría. Cuando se inicia un tratamiento lo más precoz posible, mejora el pronóstico y la adherencia al propio tratamiento. Se sabe que cuando se tarda mucho en tratar, la evolución tiende a ser peor. La detección precoz y la adherencia al tratamiento son dos factores claves.
—¿Y cómo llegan los pacientes a la unidad? ¿Cuál es el procedimiento?
—Un facultativo de salud mental detecta que hay un primer episodio psicótico en una persona y lo deriva a la unidad. Puede ser desde Urgencias, desde una unidad de salud mental, el hospital de día, hospitalización de agudos...
—¿Cuáles son las primeras señales?
—Son muy difíciles de detectar, porque no suele ser nada brusco, muchas empiezan de forma sutil. Aislamiento, creencias peculiares o poco habituales en esa persona, apatía, descuido personal, cambios en el ánimo, retraimiento, desconfianza. Es como un puzle, que sea una psicosis o no es difícil de valorar incluso en salud mental, porque los síntomas son poco específicos inicialmente.
—Una vez que llega a la unidad de primeros episodios, comienza una intervención multidisciplinar.
—Sí, somos una psiquiatra, una psicóloga clínica, una enfermera especialista en salud mental y una trabajadora social. Todas intervenimos desde nuestra función, todas vamos a ver al paciente, todas desde nuestra área y con el seguimiento que desde el equipo vamos valorando. En función de la evolución, se baja la intensidad de la intervención, y se les hará un seguimiento de 3 a 5 años. La idea es que todas intervengamos porque para la recuperación el trabajo de todas las áreas es fundamental.
—También lo es la intervención con las familias.
—Sí, hacemos grupos de familias y es brutal el efecto. Tienen muchísima necesidad de entenderlo, porque hay muchos sentimientos de culpa, por qué no lo he detectado a tiempo, he sido muy estricto, etcétera. Tú no tienes la culpa de lo que ha pasado, no tienes la culpa de que tu hijo tenga una psicosis. Las familias necesitan muchísimo apoyo, porque son claves en la buena evolución y en la recuperación. Percibimos que mejora la adherencia al programa y la confianza con los profesionales.
«Es fundamental integrar un terapeuta ocupacional»
Eva Fontela afirma que para la recuperación de los trastornos mentales graves se requiere un conjunto de recursos que va más allá de la atención psiquiátrica.
—¿Qué tipo de recursos?
—Un apoyo sanitario, claro, un apoyo social, apoyo ocupacional y laboral, porque se trata de recuperar capacidades perdidas, y de incrementar la autonomía. Para lograr la rehabilitación de estos pacientes no basta con una atención puntual psiquiátrica, se requiere de todas estas patas. Este abordaje facilita la recuperación de los pacientes.
—De ahí la importancia de una unidad con varios profesionales...
—Sí, pero nos parece fundamental integrar un terapeuta ocupacional, que no lo hay. Todos los estudios sobre recuperación en psicosis evidencian la importancia de la terapia ocupacional en estos programas, porque trabajan en la recuperación de habilidades perdidas, en el ocio, la autonomía...
—¿Hay más unidades de este tipo en Galicia?
—Sí, la de Santiago fue la primera y ahora estamos Vigo y A Coruña. Pero las hay desde hace muchos años, empezaron en Australia y Reino Unido en los años 90. Todos los dispositivos de salud mental trabajan con gran esfuerzo de los profesionales por la precariedad de recursos, pero se necesita más para hacer un abordaje más personal y en esto estamos en pañales. Los pacientes con enfermedad mental grave necesitan una atención lo más personalizada posible. Han estado abandonados por el sistema, también las familias. Muchas veces hay una precariedad económica asociada a la enfermedad mental, porque muchos se quedan sin trabajo, o con el ingreso mínimo vital, o son cuidados por sus padres. Y se quedan con una falta de acceso a recursos.
Quién es: Nacida en Ferrol en 1978, estudió Medicina en Santiago y desde 3.º sabía que quería ser psiquiatra, «aunque mi abuela paterna prefería que fuera internista», dice. Comenzó la residencia en A Coruña en el 2003. En 2015 se incorporó al servicio de psiquiatría de Ferrol, y regresó a Coruña hace cinco años.