Tras veinte niños de acogida: «No todo es maravilloso, pero dan más de lo que se llevan»
A CORUÑA

Tierra de Hombres busca familias para ofrecer una oportunidad en el materno a pequeños desahuciados en África
28 may 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Oli fue la última. Llegó con solo 16 meses desde Togo a A Coruña y el pasado 14 de mayo la dejaron ir de vuelta a su casa, con los suyos. Se llevó un latido más fuerte y no solo por la vida insuflada en los quirófanos del materno. Es una de las niñas de Tierra de Hombres, esa organización solidaria que hace casi 20 años estrenó con apoyo del Chuac el programa Viaje hacia la Vida para pequeños desahuciados en África. A miles de kilómetros y en esta esquina de su mismo mundo, encontraron su oportunidad.
«Oli hace la número.... no sabría decirte ahora si 20 o 21», cuenta Carmen Maceiras. Con su marido, Beli, ha compartido techo, comida, abrazos y calor, todo un hogar para la recuperación de parte de esos chiquillos que llegan solos a Alvedro y han de pasar aquí el tiempo necesario para curar sus corazones.
«Es una cuestión de justicia»
Los hijos de la pareja, Uxía y Xoel —hoy ya adultos— se criaron con esa familia extensa e intermitente de acentos desconocidos pero afectos compartidos. «A los que nos llegaban, les valió mucho que ellos estuvieran; pero a mis hijos les han valido todavía más ellos, al menos para enfrentarse a distintas realidades. Mucho de lo que son hoy se lo deben a esos niños», piensa Carmen. Despertaron incluso vocaciones, como la de Uxía por la educación infantil.
Carmen y Beli decidieron dar su tiempo, casa y sentimientos por compromiso. «Nuestro planteamiento nunca fue “qué hermoso y maravilloso es todo, no”. Con Oli me pasé dos meses sin dormir. Pero lo vemos como una cuestión de justicia: en su país no saldrían adelante y todos los niños deberían tener derecho a la mejor atención posible», resume.
Desde el 2008, cuando sus hijos tenían 7 y 9 años, han arropado todo un arco iris de infancias, desde a la adolescente Colette, de 14, hasta bebés pequeños y escolares descubriendo nuevos idiomas. «Todos se fueron hablando el nuestro y todos, lo que es más importante, enseguida se hacían entender; la barrera del idioma nunca es un problema». Prepararon biberones y cambiaron pañales, pegaron tiritas, velaron convalecencias y consolaron penas, pero también cantaron, jugaron y rieron a carcajadas. Hasta organizaron el octavo cumpleaños de Precieux, el niño por el que más temieron. «Lo pasamos ciertamente mal, hubo momentos en que creímos que no salía adelante, estuvo casi cinco meses en la uci», recuerda. Unos y otros, los veinte, «tenían lo suyo», dice, y todos dejaron la huella de su recuerdo.
«Es muy satisfactorio ver cómo llegan, algunos muy malitos, y cómo se van estupendos; es una labor que nos llena», trata de resumir Carmen sobre «lo mucho que dan» sin querer, para nada, edulcorar la experiencia. «Para mí, mientras están conmigo en casa son como mis hijos. Sé que no soy su madre, que tienen su familia y gracias a ella han llegado hasta aquí, si no los cuidaran muy bien, con las patologías que tienen no llegarían hasta aquí, pero los trato como si lo fueran», dice agradeciendo el apoyo que ha tenido en su trabajo para el tetris de la conciliación. Es abogada y en su despacho, sus compañeras siempre se brindan a echar una mano. «Son estupendas, si tengo que ir a juicio, se quedan ellas con el niño, esto es una tribu», resume. Con Beli, que tiene las tardes libres, se repartían el día, «y mientras era más joven, también me ayudaba mi madre», apunta.
«Vamos a seguir acogiendo, mientras podamos y tengamos salud, sin duda», concluye Carmen. Ni el corazón encogido por cada despedida los disuade de abrir puertas y brazos a ese cariño espontáneo que devuelve cada niño. Cuando aterrizan de vuelta en su tierra, una fotografía les descubre a su familia de acogida la emoción de los padres al recibirlos ya curados, con futuro. Y eso les basta.

«Sin voluntarios no podemos hacer nada»
Tierra de Hombres existe en Galicia desde el 2003 y tres años después comenzaron los viajes hacia la vida. «Nos ayudó muchísimo el doctor Claudio Zavanella, él nos abrió las puertas del Hospital Teresa Herrera, fue un valedor nuestro, no solo entendió muy bien el proyecto, sino que su dimensión humana nos aportó tanto», recuerda Raúl Besada del cirujano recientemente fallecido que puso en marcha la cirugía cardíaca infantil en Galicia.
Desde entonces, han traído ya a 128 pequeños y esta misma semana esperan a otro. Todo, contando con 14 familias de acogida y 189 voluntarios que se encargan de mil trámites y también de acompañar a los niños durante su estancia en el hospital. «Hace falta un esfuerzo muy grande, no podemos traer a todos los que quisiéramos», explica el portavoz de la oenegé, en permanente captación de colaboradores.
«Necesitamos más familias de acogida», dice del apoyo necesario. De media, cada niño pasa dos meses en su hogar temporal, aunque los hay que han necesitado siete para recuperarse y poder regresar a sus casas. «Sin voluntarios no podríamos hacer nada, son un pilar fundamental para una oenegé como la nuestra. Son personas muy implicadas y hacen de todo. Las familias, por descontado, pero también mucha gente anónima que nos ayuda con material, organizando actividades, con tareas de sensibilización...», explica.
Ahora mismo, están preparando dos eventos, la gala de Danza 10, el 7 de junio en el Ágora, y la cena solidaria de s2m, el 19 en Finca Montesqueiro. «Todo para buscar familias de acogida y voluntarios, y también para recaudar fondos; lamentablemente, si no tenemos dinero no podemos hacer nada», explica Besada.
Esos apoyos desinteresados les han permitido realizar también otras actividades, como sensibilización en centros de enseñanza sobre los derechos de la infancia, ampliar sus planes de cooperación con un nuevo proyecto de ayuda humanitaria en Ucrania, o coorganizar el V Congreso Mundial sobre Justicia con la Niñez, que se celebrará la próxima semana en Madrid, del 2 al 4 de junio, reuniendo a actores clave para impulsar sistemas de justicia más justos y restaurativos para niños, niñas y adolescentes. «Tierra de Hombres España desempeña un rol central como secretaría técnica del comité nacional asesor y promoviendo la participación activa de instituciones y sociedad civil para fomentar el diálogo global, el intercambio de buenas prácticas y la incorporación del enfoque de derechos», explica Raúl Besada.