Bendita Rutina: donde entrenar es cuidarse, no castigarse

Alejandro García Chouciño
a. g. chouciño OLEIROS

A CORUÑA

Este centro apuesta por el entrenamiento personalizado con grupos reducidos, promueve la fuerza en adolescentes y ofrece un enfoque integral en el embarazo y el posparto

17 jun 2025 . Actualizado a las 14:07 h.

Ubicado en Perillo, al lado del parque José Couso, Bendita Rutina acaba de celebrar su primer año de vida con un mensaje claro: en este centro no se entrena por entrenar, se hace ejercicio para vivir mejor. Y eso se nota en cada sesión, en cada atención personalizada y en cada sonrisa compartida entre personas de todas las edades que conviven en el mismo espacio.

El gimnasio no es masivo ni impersonal. Es un centro diáfano y pequeño, algo que su equipo considera una virtud. «Eso nos permite ofrecer atención al detalle, adaptar los entrenamientos al nivel, necesidad y momento vital de cada persona», explica Marcos Rey, uno de los entrenadores. El resultado: sesiones en grupo reducido —máximo de ocho personas—, entrenamientos en pareja o individuales donde prima la calidad del movimiento, la postura, el control del cuerpo y, sobre todo, sentirse bien.

Entrenamiento de fuerza desde edades tempranas

Uno de los pilares de Bendita Rutina es el trabajo con niños y adolescentes. Como defensores del entrenamiento de fuerza desde edades tempranas, han diseñado grupos específicos para este perfil, buscando no solo mejoras físicas, sino también educar en hábitos saludables y autoestima. «A muchos jóvenes les falta tiempo o espacio para desarrollar fuerza en sus deportes. Aquí se trabaja con control, sin riesgo, sentando unas bases sólidas que les permitan mejorar su rendimiento y prevenir lesiones», afirma Rey. Durante el verano organizan sesiones off-season pensadas para deportistas que hacen un parón competitivo. En ese tiempo, lejos de presionar, se aprovecha para adquirir nuevas habilidades y reforzar movimientos de calidad, sin prisas y sin estrés.

«Queremos que las mujeres se sientan fuertes y competentes, que entiendan que el movimiento bien guiado puede marcar una diferencia muy positiva antes, durante y después del parto»

Pero si hay un área que realmente distingue a Bendita Rutina es la de la salud de la mujer, con especial atención al embarazo y el posparto. «No somos un centro exclusivo para mujeres, pero sí creemos que el entrenamiento de fuerza debe estar también al servicio de quienes buscan algo más que yoga o pilates», destacan.

MARCOS MÍGUEZ

Aquí, cada mujer que inicia su proceso pasa primero por una valoración con fisioterapeutas especializadas en suelo pélvico, con quienes el centro colabora estrechamente. A partir de ahí, se adapta el entrenamiento con seguridad, sin fragilizar, con ejercicios ajustados a cada trimestre de embarazo y cada etapa del posparto.

Desmitificar el embarazo como una etapa de inactividad es una de las banderas de Bendita Rutina. «Queremos que las mujeres se sientan fuertes y competentes, que entiendan que el movimiento bien guiado puede marcar una diferencia muy positiva antes, durante y después del parto», Señala Rey. Prueba de ello son las sesiones específicas de preparación al parto en movimiento y en pareja, incluidas en el servicio, donde se habla, se entrena y se acompaña hacia uno de los momentos más intensos de la vida.

Flexibilizar el horario

El posparto, con su particular montaña rusa emocional y física, también tiene su lugar. Las rutinas se adaptan a cómo se encuentra cada mujer, entendiendo los retos del día a día, la conciliación, el cansancio o las nuevas prioridades. «Flexibilizamos todo lo posible para que entrenar no sea una carga, sino una ayuda», indica.

Roi, Jimena, David y Marcos son los responsables de Bendita Rutina.
Roi, Jimena, David y Marcos son los responsables de Bendita Rutina. MARCOS MÍGUEZ

El equipo de Bendita Rutina está compuesto por cuatro profesionales que llevan años formándose y trabajando juntos en el sector. Tras pasar por otras empresas, decidieron crear su propio proyecto: un lugar en el que conciliar, cuidar y profesionalizar una labor a menudo mal valorada. Rechazan el intrusismo y el «todo vale» del mundo del entrenamiento: aquí se planifica con criterio y se forma continuamente.