
El urólogo Alberto Lancina Martín hace balance tras casi 46 años de profesión
15 jun 2025 . Actualizado a las 15:47 h.Es el hombre de la piedra. «Fui director de la unidad de litotricia renal durante 28 años», explica. Le pido que calcule la cantidad de cálculos. «Tenemos registrados en ese tiempo 15.000 tratamientos para eliminar piedras, cálculos o litiasis, que es como les llamamos en el ámbito médico. Los ingleses lo simplifican con la palabra stones», explica el urólogo Alberto Lancina Martín, que el domingo pasado se jubiló después de 45 años y 7 meses de profesión. Y en su jornada de despedida en el Chuac le coincidió de guardia por un trasplante de riñón, el último de los más de 600 que calcula que llevó a cabo a lo largo de su carrera. «Minutos antes de jubilarme tenía un riñón en la mano», afirma. Charlamos en La Granera de la plaza de Tabacos el miércoles al mediodía en su tercer día de jubilado. El hombre de la piedra reconoce que no le gusta hablar de sí mismo, pero lo noto cómodo. Es una persona muy educada, amable y fiel a unos valores muy marcados. «Sabía que este momento de la jubilación iba a llegar y lo llevo con tranquilidad absoluta, la conciencia tranquila, y la sensación del deber cumplido. Tengo la suerte de haber formado parte del Chuac al lado de grandes profesionales que ofrecen un servicio de alto nivel. Siento que ha valido la pena por todos esos pacientes a los que les mejoramos la vida», reflexiona.
El hijo del fotógrafo
Hablamos en su barrio. «Soy de Cuatro Caminos y sigo viviendo aquí», apunta este coruñés que el mes que viene cumple los 70 y tiene tres hijos, ninguno dedicado a la medicina, que ya hacen vida independiente. Tiene cinco nietos y dice que está «encantado de tener tiempo para atenderlos. Es como volver a ser padre», reflexiona. Precisamente su padre, Andrés Lancina, fallecido el año pasado y al que tuve el gusto de conocer, fue un fotógrafo muy popular en A Coruña. «Es curioso, porque consiguió un puesto de trabajo en Renfe, que en aquel entonces era un éxito, pero conoció la máquina de fotos y le apasionó. Dejó un puesto fijo para ser profesional liberal. Creo que acertó y fue feliz. Aprendí muchas cosas de él y me transmitió valores como la humildad, el esfuerzo, el compromiso y el amor por la fotografía», destaca con emoción.
La vida sana
Estudió en el Salvador de Madariaga y en el Agra do Orzán, y la carrera en Santiago. «Fui descubriendo la especialidad poco a poco. Me impactó conocer al urólogo Antonio Cimadevila y como quería una especialidad quirúrgica... Hice unas prácticas en el entonces Policlínico Santa Teresa cuando el director médico era José Sánchez y seguí 45 años como urólogo», relata. Me habla de las famosas piedras en el riñón. «Pueden estar en el riñón, en el uréter o incluso en la vejiga. He tenido casos de piedras complejas, por ejemplo en los dos riñones a la vez. Cuando empecé se practicaba una cirugía convencional, siguió la mínimamente invasiva y cuando llegó la litotricia por ondas extracorpóreas de choque sin incisión fue una revolución. Reconozco que cuando recibí la primera noticia de esta innovación me causó extrañeza». Dice que el cólico nefrítico «es uno de los tres dolores más agudos que puede sufrir el ser humano» y asegura que una vida sana es la mejor forma de prevenir este tipo de problemas. «En España tiene piedras entre el 10 y el 12 % de la población y el cáncer de próstata es el más frecuente en el varón. Evitar tóxicos, una alimentación equilibrada con predominio vegetariano, evitar el sedentarismo, combatir el estrés y cuidar el sobrepeso son aspectos claves», resume el especialista. Dice que si las enfermedades le respetan tiene muchos planes con su mujer, que seguirá leyendo libros médicos y de otros temas, practicará senderismo y, si algún día necesita acudir al urólogo, «no seré pesado con el médico que me atienda», asegura Lancina.