Vandalizan el 47 de la avenida de Oza por segunda vez

Miguel Cebrián, A. A.

A CORUÑA

Los vecinos denuncia su segundo daño intencionado en 2025

21 jun 2025 . Actualizado a las 13:58 h.

Elvira Varela, de 88 años, no tiene ni idea de por qué han tirado un cubo de pintura en la puerta de su edificio. Entra al portal 47 de la Avenida de Oza, en el que lleva viviendo los últimos cinco años con cuidado, sin molestar a los trabajadores de Liserga S.L que llevan rascando pintura durante las últimas tres horas. «Vamos a estar con esto unas 8 en total», admite Andrea, una de las trabajadoras, mirando hacia abajo, subida encima de la escalera que le permite desincrustar los pegotes más esquivos en la ranura de la puerta principal.  

Alguien, nadie sabe por qué, ha vandalizado la puerta de su portal. «Y eso que en este edificio gente rara no hay», admite Varela. No conoce a nadie en los 11 pisos que componen su edificio que pudiera haber provocado esas represalias. «Y eso que la puerta era nueva», añade. El pasado 1 de marzo otro (o el mismo) «alguien» se las apañó para reventar parte de la puerta de metal y cristal y la metió dentro del rellano. El secretario de la comunidad del edificio lo tiene claro. Las pruebas lo sostienen. «Se están ensañando con nuestro edificio»

Unos mil euros son los que van a volar de las carteras de los vecinos para el arreglo de la puerta manchada de verde. «La última vez parte de la puerta la cubrió el seguro. Aunque los perfiles del cristal que reventaron lo tuvimos que pagar nosotros. Eran unos 300 euros cada uno», admite el secretario. 

No saben quién es y por qué, pero para algunos vecinos los dos incidentes disipan, en parte, la creencia de que fuera una coincidencia. «Alguien» la ha tomado con el 47 de la Avenida de Oza.

Sin embargo, según avanzan los días, algunas pistas podrían esclarecer la identidad del vándalo. Durante el mediodía de ayer, el mismo secretario de la comunidad damnificada observó mientras caminaba por la calle Gaiteira, a 210 metros de su portal, una coincidencia sustancial. Alguien había pintado, en un perfecto lienzo negro que esta vez supuso el bajo de unos edificios, la palabra KOAS con una pintura verde familiar. «Estaba fresca y el color es el mismo que el cubo que vaciaron en nuestro número», confiesa el secretario. Suposiciones hasta ahora. Lo único cierto es que la tesis general continúa inamovible. Alguien lo ha hecho, pero nadie sabe quién. Ni por qué.