El Ayuntamiento de A Coruña precinta el bar El holandés tras denuncias vecinales e irregularidades

A CORUÑA

El propietario denunció una actuación «arbitraria» y «sin base legal»: «Yo cumplo la ley, pero me cierran igual»
05 jul 2025 . Actualizado a las 16:15 h.El bar El holandés, ubicado en la estrecha de San Andrés, ha sido precintado esta semana por orden del Ayuntamiento tras varias denuncias vecinales e inspecciones municipales. La decisión ha provocado un profundo malestar en el propietario del local, Tom Heskes, quien aseguró haber cumplido con toda la normativa vigente y calificó el cierre de «injustificado» y «perjudicial tanto económica como personalmente».
Según fuentes del Ayuntamiento, el establecimiento «había acumulado varias quejas por ruido» y, en la última inspección, se detectaron diversas irregularidades: «incumplimiento del horario de cierre, uso del local como pub pese a tener licencia de cafetería, un sonógrafo averiado y la utilización de una mesa de mezclas no autorizada para el tipo de licencia», precisaron. Por todo ello, se procedió al precinto del local, aunque se ha ofrecido al dueño un plazo de subsanación para poder reabrir, siempre y cuando el negocio se adapte a la normativa vigente.
Sin embargo, Heskes sostuvo que la situación es mucho más compleja y apunta a un «vacío legal» en la interpretación de los niveles sonoros permitidos por la ley. «Tengo licencia tipo 9 desde el 2024. Entregué los certificados de insonorización, pruebas de sonido, y todo está impecable», resaltó. Añadió que su sonógrafo está correctamente calibrado y homologado por el propio gobierno local, y que incluso cuenta con un técnico de sonido certificado que avala su cumplimiento legal.
«Me precintaron el local sin orden judicial, algo que debería ser ilegal»
El propietario también denunció una presión constante por parte de algunos vecinos y una actuación desproporcionada por parte de las autoridades. «Me precintaron el local sin orden judicial, algo que debería ser ilegal. La policía viene cada fin de semana por llamadas vecinales, aunque haya 20 personas en el local y no se superen los decibelios permitidos», indicó. Heskes argumentó que en locales con aforo de 99 personas se alcanzan niveles de ruido elevados incluso sin música, y que la normativa actual no contempla esa realidad.
El empresario, que aseguró haber invertido mucho en el proyecto, también se quejó de lo que considera notificaciones «sin criterio»: «Hablan de apilamiento de mesas y sillas cuando solo tengo tres bancos y tres mesas fijas. También me cuestionan por luz tenue, cuando no hay ninguna ley que lo prohíba», matizó.
Heskes anunció que llevará el caso a los tribunales para reclamar una compensación por los días de cierre, los perjuicios económicos y el desgaste sufrido. «Estoy tranquilo, porque tengo todo documentado. Pero me quieren dejar cerrado dos meses, justo cuando el juzgado cierra por vacaciones. Lo que quiero es que la gente sepa que este tipo de decisiones arbitrarias se pagan con los impuestos de los coruñeses», lamentó. Mientras tanto, el futuro del bar El holandés sigue en el aire, pendiente de que se resuelva la vía judicial o de que el propietario acepte realizar los cambios requeridos por el Ayuntamiento para poder reabrir.