La Xunta, sin interlocutor con Renfe ni plan director para el Corredor Atlántico

Carlos Portolés
Carlos Portolés A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

CESAR QUIAN

Las obras de la zona de autobuses deberían finalizar a finales de este año

17 jul 2025 . Actualizado a las 11:13 h.

Decenas de obreros trabajan, incansables bajo el sol pegajoso de julio, para que empiecen a desfilar trenes y autobuses por la estación intermodal. El esqueleto del proyecto se vislumbra cada vez más claro. Casi completados están los accesos para vehículos rodados y las dársenas que servirán de punto de partida y llegada para cientos de autocares.

La previsión optimista de la Xunta se mantiene intacta. El horizonte para terminar su parte de los trabajos es final de año. Aunque el omnipresente Diego Calvo, conselleiro de Presidencia, Xustiza e Deportes —con atribuciones, además, de transporte— llamó a no pecar de pejigueros en cuestiones de calendario. Es mejor llegar bien que llegar antes. «Cuando se tratan estas cuestiones, lo de menos es si se tardará un mes más o un mes menos», apuntó este miércoles —casco y peto de obra enfundados— durante su visita a la estación en ciernes. Encuentro al que también acudió Judit Fontela, directora xeral de Mobilidade.

La conversación pendiente

Un lamento, y no uno nuevo precisamente, sobrevolaba las declaraciones del conselleiro. La conversación entre Administraciones no es fluida. En algunos casos, colinda con la inexistencia. Factor no menor si se tiene en cuenta que el proyecto de la intermodal consta de una fase —la de autobuses, con una inversión de 20,3 millones— dependiente de las arcas de la Xunta, y de otra —la de los trenes— dependiente del ADIF y del Gobierno central.

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«¿Es el diálogo entre Administraciones fluido? ¿Echan algo en falta?». Antes de responder, Calvo se encogió de hombros en medio de un silencio elocuente. La relación con el Ministerio de Transportes y sus entes satelitales es pedregosa. «O ministerio e outros entes dependentes non están tan atentos como nos gustaría nin ofrecen a colaboración que demandamos e que no seu día prometeron».

El Ejecutivo autonómico parece tener claro el germen del problema. «É unha obra complexa porque se ten que compatibilizar con outra á beira que depende doutra Administración, entón, loxicamente, hai momentos nos que cada un faría as cousas dunha forma distinta». A pesar de los inevitables desencuentros, el conselleiro sí reconoce una mayor sintonía con el ADIF. «A colaboración estes tres anos foi boa».

Pero, en las comunicaciones Madrid-Santiago, siguen flotando en el aire los cabos sueltos tanto tiempo arrastrados. No pocos de ellos afectan de lleno a la ciudad de A Coruña. «Temos pendente unha reunión co comisionado do Corredor Atlántico. Ía ser esta semana e suspendeuse por temas de axenda e estamos pendentes dunha nova data. Seguimos sen ter o plan director co que o ministro se comprometeu, e, en consecuencia, non podemos avaliar se as inversións previstas son suficientes. E seguimos sen ter un interlocutor con Renfe. Case todos os días hai algún problema nalgunha expedición de ferrocarril, tanto en media distancia entre A Coruña e Vigo como en larga distancia con Madrid».

Mientras tanto, alrededor sigue definiendo sus formas la que pronto será la gran lanzadera para la ciudad y sus alrededores. Impresionan las estructuras que, en tan poco tiempo, se han erigido del suelo con el trabajo duro de tantas manos. Con la colaboración, más o menos cordial, de tantos despachos.