Una fosa séptica inutiliza un ascensor en A Coruña y mantiene aislada a una mujer de 78 años

C. Devesa A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

CESAR QUIAN

Carmen, que vive en la planta diez de un edificio de doce pisos, lleva muletas y no puede salir de casa ante la falta de acceso de la comunidad al bajo donde está el pozo

25 jul 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Que se estropee un ascensor en un edificio no es algo extraño, pero sí lo es que los vecinos lleven casi medio año sufriendo sus averías y que su reparación no dependa de la comunidad. «Me parece tercermundista», dice Carmen, de 78 años y vecina de A Coruña. Es una de las residentes del edificio 6 de la Divina Pastora, en el número 4 de la calle Liaño Flores, en el cruce con la ronda de Outeiro. «Este lunes se volvió a estropear y no sabemos hasta cuándo», lamenta la mujer, que vive en una décima planta.

La dificultad en reparar el ascensor reside en la imposibilidad de acceder al bajo en el que se encuentra la fosa séptica del inmueble. «Está colapsada y por eso el elevador no funciona», apunta la mujer, que usa una muleta debido a un problema de salud en la pierna izquierda. Carmen es inquilina y, desesperada por la situación, se puso en contacto con su casero. La hija del propietario le explicó que debido al atasco de la fosa séptica el elevador no podía utilizarse, por lo que lo han desconectado. «La primera vez que se estropeó, en marzo, olía fatal por las aguas fecales. Se escuchaba como caían por los laterales del ascensor y había que ir con mascarilla por el hedor», indica Carmen, que añade: «No podemos vivir así. Somos 4 pisos por planta y hay 12, así que son 48 viviendas lo que suma cerca de un centenar de personas».

En manos de un abogado

Desde la gestoría que lleva la comunidad del edificio apuntan que, efectivamente, la problemática reside en que para arreglar el elevador es preciso acceder a la fosa séptica y desatascarla, «pero no se ha podido entrar por un problema de acceso al bajo en el que se encuentra, que podría estar okupado», señalan. Por ello, el asunto está ya en manos de un abogado.

Los encargados de los locales contiguos a ese bajo relatan que para tratar de solventar el problema personal de mantenimiento acudió a los negocios para vaciar las arquetas. «Vino también la Policía Local, pero el establecimiento del que depende la fosa séptica del edificio afectado está cerrado. Los dueños lo habían alquilado, pero no pueden entrar».

Mientras tanto, Carmen no sabe cuándo podrá volver a salir de su casa. «Esta semana estuvo mi hijo, pero vive en Canarias, y ahora vuelvo a estar sola. Si se me acaba la bombona de butano no me van a poder subir otra», dice la mujer, a la que le preocupa su salud. ««Si tengo una urgencia no puedo salir. Ya he perdido citas médicas por los fallos del ascensor. Esto es una emergencia sanitaria, ya que hablamos de aguas residuales. Debería haber un mecanismo legal ágil para poder acceder a ese bajo y vaciar la fosa séptica».