Casa Do Arxentino, un edificio del siglo XIX para saborear Mera

Y.G,

A CORUÑA

Ana Cana, de Casa do Arxentino.
Ana Cana, de Casa do Arxentino. CESAR QUIAN

La nueva dirección del establecimiento apuesta durante el verano por el pescado fresco frito y el bacalao

10 ago 2025 . Actualizado a las 09:01 h.

Mera es una de las playas de la comarca que recibe más turistas por estas fechas, atrayendo a visitantes nacionales e internacionales que buscan disfrutar del mar y el entorno natural. En este enclave costero, Casa do Arxentino se erige como uno de los emblemas arquitectónicos más destacados, un edificio cargado de historia que forma parte del paisaje y la identidad local.

Esta vivienda de estilo historicista, construida en el siglo XIX, destaca especialmente por su patio porticado de piedra y la delicada decoración floral de los azulejos en la cornisa, detalles que revelan una clara influencia andaluza o portuguesa. Desde esta primavera, el edificio cuenta con una nueva gerencia que ha renovado su oferta para seguir atrayendo a los amantes de la buena mesa y a turistas que se quieren hospedar en una edificación como esta y, además, a pie de playa.

Antonio Rilo y su mujer, Ana Cana, son los responsables de esta nueva etapa. Antonio comenta que decidieron embarcarse en este proyecto porque es un sitio con mucho encanto. Además, querían ofrecer una experiencia gastronómica basada en productos frescos y de calidad. Desde hace tres meses, gestionan el restaurante y el pequeño hotel de seis habitaciones, convirtiendo Casa do Arxentino en un punto de referencia para quienes visitan la zona. «Yo soy de aquí, de Mera. Surgió la oportunidad de la licitación y nos animamos. Ahora estamos encantados porque está funcionando bien, tanto el hotel como el restaurante», cuenta Rilo.

El verano es la temporada alta para el establecimiento, que además de restaurante cuenta con una terraza muy agradable, lugar perfecto para disfrutar de las tardes junto al mar. Su clientela es diversa, principalmente turistas europeos de Inglaterra, Alemania y Francia, y también madrileños que aprovechan para relajarse y degustar la gastronomía local.

La carta se centra en platos de temporada, con especial protagonismo para el pescado fresco y la carne. Entre los más demandados están el bacalao al horno con cebolla confitada y patatas panaderas, una receta con trayectoria en otro restaurante que gestionan y que siempre ha tenido buena acogida. También son muy populares el pulpo, las zamburiñas, el pescadito pequeño y los chipirones de la ría, todos productos que reflejan la riqueza culinaria de la gastronomía gallega.

La oferta varía según la estación: en invierno destacan platos más contundentes como un cocido tradicional, mientras que en verano predominan las preparaciones frescas y ligeras como las parrochitas y chipirones, ideales para el clima y el espíritu veraniego.

El restaurante registra su mayor actividad por las noches, aunque también llena en las comidas, con capacidad para unas 80 personas. La terraza es el lugar preferido de los comensales durante las tardes, especialmente cuando el tiempo acompaña. «Si hace bueno como estos días, la playa está que no cabe nadie. Están todas las actividades, Y claro, es un hervir de gente», cuenta.