
El movimiento higienista impulsó varias casas de baño en A Coruña en el siglo XIX
06 sep 2025 . Actualizado a las 05:00 h.En pleno agosto el arenal de Riazor luce casi a diario repleto de bañistas locales y turistas. La estampa de la playa más famosa de la ciudad no siempre fue igual, hace más de cien años, los coruñeses acudían a este mítico enclave, pero de otra forma. Entre los siglos XIX y XX, A Coruña incorporó las casas de baño a su urbanismo, siguiendo la corriente higienista y el ejemplo de otras localidades españolas, como Santander o San Sebastián. En la ciudad existían una cantidad considerable de balnearios. El más antiguo estaba en O Parrote, aunque la mayor parte de ellos se localizaban en la zona del arenal de Riazor: La Perfecta, La Primitiva, La Salud y el Balneario de la Beneficencia Municipal, conocido popularmente como el chalé de Riazor.
Este singular espacio recreativo abrió en el año 1874 y fue punto de encuentro de muchos coruñeses hasta 1922, cuando fue demolido. El balneario ofrecía unos servicios básicos a los bañistas, pero también era escenario de música. Habitualmente en su palco se realizaban conciertos con vistas a la bahía coruñesa siendo, salvando las distancias, una especie de Náutico de San Vicente de su época y, en vez de en O Grove, en A Coruña.

En invierno, este espacio también tenía actividad, ya que se aprovechaba como mirador para contemplar los temporales y como secadero de redes y otras artes de pesca. La Real Academia Galega rescató, con motivo del centenario del cierre del balneario, una imagen de cómo lucía en su época. La fotografía, que ilustra esta noticia, supone un viaje a la costa coruñesa cuando el paisaje era completamente diferente al que se divisa actualmente desde ese punto del paseo marítimo.
Fin por el cambio de urbanismo
Próximo a este establecimiento encontraban La Primitiva y La Salud, que tomaban el agua de la playa y eran más populares entre la población. Los dos sobrevivieron más años que el Balneario de la Beneficencia Municipal. La Primitiva fue demolida en 1949 y en su lugar de construyeron edificios, mientras que La Salud se mantuvo operativa hizo hasta 1963.
En el caso de La Primitiva, uno de las balnearios más prestigiosos, se instaló en la calle Rubine número 47 en 1874 bajo la propiedad de Guillermo Howland de Quesada. Abrió sus puertas como un centro donde los enfermos podían tomar baños de mar a diversas temperaturas. El espacio era también punto de encuentro de la sociedad burguesa.
La Salud se ubicaba muy cerca, en el número 22 de Rubine. Al igual que La Primitiva se vio afectada por los cambios en el urbanismo de la ciudad, lo que propició su cierre. Su fundador, el médico Juan de Villardefrancos, la definió en 1886 como «un gran establecimiento de pila, oleaje y duchas». El local abría todo el año e instaló para sus clientes cuerdas gruesas a lo largo de la playa de Riazor, donde tenía salvavidas y lanchas tripuladas.