Los coruñeses sabemos de sobra que Garufa es una sala abierta a la mejor versión de nosotros mismos, porque allí cantamos, bailamos, aplaudimos y gozamos rodeados de amigos. Es un templo para una Coruña que busca la farra y el entretenimiento de calidad
11 sep 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Garufa no es un tango cualquiera, no lo es para mí, no lo era para mi abuelo, y no lo es para tantos gallegos que reconocen la genialidad de un himno —«pucha, que sos divertido»—, que llama a la juerga. Fue escrito en Uruguay, pero detrás de su historia está el gallego Víctor Soliño (natural de Baiona), quien junto a Roberto Fontaina y al músico Juan Antonio Collazo (fíjense qué apellidos) crearon un hit que primero triunfó, en 1928, en boca de Alberto Vila y luego popularizó Carlos Gardel. De Uruguay pasó a Argentina, con los detalles propios del contexto, así que donde aparecía «la calle San José» se cambió al «parque Japonés», que es como la aprendimos muchos. Garufa en lunfardo, el idioma del tango, representa a una persona alegre y divertida, pero también a la propia farra, a la parranda, a la fiesta, que algunos relacionan con las palabras galegas garula, gallofa y galloufada. De hecho, tienen esa connotación de reunión, de xuntanza alrededor de la mesa para disfrutar y divertirse. Es esa y no otra la única motivación de Garufa, de ahí que no haya nombre más adecuado para la sala de conciertos coruñesa. Un acierto de Pepe Doré, que desde hace 34 años, nos invita al placer de la música en directo. Es un mérito en los tiempos que corren, en los que muchos ven fantasmas donde no los hay. Los coruñeses sabemos de sobra que Garufa es una sala abierta a la mejor versión de nosotros mismos, porque allí cantamos, bailamos, aplaudimos y gozamos rodeados de amigos. Es un templo para una Coruña que busca la farra y el entretenimiento de calidad. No es una caverna ideológica hecha para que cante El limonero Feijoo. Por eso quienes estos días falan por falar en las redes no conocen, en verdad, qué hay detrás de nuestro tango. ¡Garufa, siempre!