Un día en la Reserva: catamarán eléctrico, inmersión 3D y secretos de Mariñán

D. Vázquez SADA / LA VOZ

A CORUÑA

Como complemento a la ruta de navegación en catamarán eléctrico al golfo Ártabro, donde se pueden ver las bateas, es posible comprobar con gafas 3D el fondo marino y las cuerdas donde cuelga el crustáceo que hizo famoso a Lorbé.
Como complemento a la ruta de navegación en catamarán eléctrico al golfo Ártabro, donde se pueden ver las bateas, es posible comprobar con gafas 3D el fondo marino y las cuerdas donde cuelga el crustáceo que hizo famoso a Lorbé.

La entidad publicita nuevas propuestas de recorridos, deporte y gastronomía

23 sep 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

El cambio de base del catamarán eléctrico —cedido por la Diputación a la Reserva de Biosfera Mariñas Coruñesas— de Betanzos a Sada, junto con el traspaso de la concesión a Hostelería Costa Miño, amplía la oferta de experiencias en un espacio que busca atraer visitantes mediante propuestas de ecoturismo en las que se combinan rutas guiadas, deporte y gastronomía con operadores locales.

Durante este mes se programaron once salidas gratuitas (de las que aún quedan cinco por realizar) dentro de la iniciativa Navegando entre bateas na Costa Doce. José Romero, de Galicia Eventos y Ocio, patronea un catamarán de 4,90 metros de eslora, con capacidad para siete tripulantes, en un recorrido que parte de los pantalanes de Sada hacia las zonas de cría del mejillón frente a Arnela. Operadores turísticos participaron este lunes en la experiencia. No hubo suerte con los delfines que acompañaron otras salidas, pero el viaje permitió escuchar la singularidad de la ría, conocer la ubicación de las antiguas defensas frente a los corsarios, contemplar desde el mar el barrio mariñeiro de Fontán, descubrir la historia de la Real Fábrica de Jarcia y Lona y acercarse a las bateas y a los cultivos piloto de ostras. A los participantes, unas gafas 3D permitieron también observar el fondo marino y las cuerdas en las que crecen los mejillones que han hecho célebre a Lorbé.

Diego López, técnico de la Reserva, explica, en el día en el que comienza el otoño, que lo que buscan es desestacionalizar y optar por el conocido como «turismo slow». Además, se proyectan nuevas experiencias en el río Lambre (Ponte do Porco), que podrían combinarse con la Senda dos Sentidos de Miño, otra de Perbes a Illa Carboeira, ascender desde Betanzos a Os Caneiros o recorrer las marismas de Betanzos hasta Mariñán. Estas propuestas podrían complementarse con catas de los vinos de la IXP Terra de Betanzos.

D. Vázquez

La actividad de este lunes combinaba la visita a las bateas —en una zona que concentra más de 100 de las 3.500 existentes en Galicia— con un traslado al pazo de la Diputación en Bergondo, donde el guía Juanjo Blanco mostró la riqueza del patio de armas y de los jardines. Señaló el escudo de una edificación construida en el siglo XV por Pérez Gómez das Mariñas, caballero de la corte de Juan II. Nacida como fortaleza defensiva, la construcción se transformó posteriormente en casa solariega y desde el siglo XVIII cuenta con un jardín botánico de exóticas especies vegetales, signo de estatus en aquella época.

Mariñán alberga varios ejemplares incluidos en el Catálogo de Árbores Senlleiras (un madroño, un eucalipto, mirtos y plátanos de sombra). Blanco realiza un recorrido por la historia de la introducción de los eucaliptos en Galicia, reconociendo que se trata de una especie muy colonizadora, que acidifica el terreno e impide el crecimiento de otras, pero también subraya que contribuyó a la mejora económica de una generación que ya había abandonado el campo. Sin enjuiciar, invita «á reflexión».

En el recorrido, en el que destacan los camelios, puede verse un mirto original del siglo XVIII, las formas geométricas del jardín encargadas por los marqueses de Mos —inspiradas en los franceses, aunque con elementos italianizantes—, así como palmeras datileras de Oriente Medio y un cedro gigante del Pacífico. También en Bergondo, Onda do Pedrido ofrece otras experiencias náuticas en la ría con kayaks, bicicletas de mar y tablas de pádel, que permiten la observación de aves. «Ahora es la mejor época para avistarlas», señala Edurne Galindo. La suya es una de las más de cien empresas certificadas por la Reserva.

La experiencia acaba en el restaurante Casanova de Betanzos, con un menú de productos de la Reserva. La gastronomía es otro punto fuerte. Para quien tenga la curiosidad de cuánto puede valer una de estas experiencias, Luisa Fernández, de Viaxes Alumar, cifra una similar (catamarán, visita guiada y almuerzo) entre 90 y 100 euros.