El pintor Francisco Miguel ya descansa en el cementerio de San Amaro de A Coruña
A CORUÑA

El artista fue asesinado por el franquismo en 1936 y sus restos fueron hallados en el 2023 en el camposanto de Bértoa, en Carballo, junto a otros tres fusilados
29 sep 2025 . Actualizado a las 15:04 h.Los restos del pintor Francisco Miguel, asesinado en Bértoa (Carballo) por las fuerzas golpistas en 1936 y cuyos restos fueron exhumados del cementerio carballés en el 2023, ya reposan en el cementerio de San Amaro de A Coruña. El acto comenzó en el palacio de María Pita y culminó en el camposanto bajo un ámbito solemne y de reivindicación de justicia, todo bajo la atenta mirada de de decenas de miembros de la sociedad coruñesa y de un grupo de familiares del artista, que vinieron desde México.
Representantes de la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica, que fueron los impulsores de la investigación que permitió hallar los restos de Francisco Miguel, junto a los de Juan Boedo, Andrés y Pedro Pinilla, entregaron la urna a sus allegados, que pudieron ver cómo su familiar finalmente descansa en la ciudad en la que nació y en la que pasó buena parte de su vida.
Francisco Miguel nació en 1898 y dio sus primeros pasos en el mundo del arte de manera autodidacta en la trastienda del negocio que poseía en la calle Real. Este lugar, además del café La Peña, era un punto de encuentro habitual con otros artistas con los que comenzó a ensayar con la pintura.
Muy apegado siempre a sus orígenes, su trayectoria también destaca por sus estancias en el extranjero, como cuatro años en París o su etapa en México, donde ahora residen sus familiares. Su paso por la capital francesa le sirvió para formarse en artes aplicadas, especialmente en batik, una técnica de estampado en color de tejidos. Sin embargo, fue en A Coruña donde realizó su primera exposición, una labor que retomó tras su paso por América con nuevas muestras en las que se observaba su evolución como artista especializado en la pintura.
La represión franquista truncó si vida y su progresión en el mundo artístico antes de alcanzar los 40 años y sus restos permanecieron durante 87 años junto a los de otras tres víctimas del franquismo. Este lunes pudo recuperar parte de dignidad con su traslado al cementerio de San Amaro. En este lugar se celebró la segunda parte de la ceremonia en medio de las interpretaciones musicales de la Banda Municipal de Música y con la participación del escritor Miguel Anxo Fernán Vello, que se encargó de retirar la caja de la peana sobre la que se situó antes de trasladarla a su ubicación definitiva, junto a la que se colocaron objetos como conchas.
Antes, en María Pita tuvo lugar la parte del acto en la que se puso palabras a la memoria de Francisco Miguel y al brutal modo en el que lo mataron. Dos de los encargados de honrarlo fueron un par de bisnietos llegados desde México. Regina de Miguel recordó cómo «conoció» a su bisabuelo a través de las «historias» que le familiares, principalmente su abuelo. «Su habilidad que más me deslumbraba era la de contar cuentos. Hablaba de un mar con un castillo y ahora que estoy aquí pienso que era el de Santa Cruz», dijo en referencia a uno de los lugares en los que residió Francisco Miguel. Así, indicó que de esas historias que pensó que eran «cuentos empezaron a aparecer evidencias», como el diario que escribió su bisabuela y mujer del pintor, Syra Alonso. «Es un acto de reparación histórica ante los actos de horror de la guerra y del franquismo», culminó antes de que tomara la palabra Jorge Miguel del Hierro, otro bisnieto del artista. «Sus restos están en un sitio propio y digno», comentó antes de destacar cómo Francisco Miguel había transmitido a sus hijos su «amor por la naturaleza».
Además de familiares, también participó en el acto la alcaldesa de A Coruña, Inés Rey, que destacó que el objetivo de este tipo de actos es «reparar décadas de esquecemento» y que su «creatividade foi interrompida pola barbarie, como a de tantos artistas por defender a liberdade». «A cidade que o viu nacer recibe emocionada os seus restos para afirmar que a memoria é xustiza restitutiva e a cultura é democracia e progreso, a verdade nunca poderá ser soterrada».
También estuvieron los regidores de Oleiros y Carballo, localidades en las que residió y en la que fue detenido y en la que fue asesinado, respectivamente. El regidor del primero de ellos, Ángel García Seoane, centró su intervención en alertar del avance de la extrema derecha y aseguró que «estamos ás beiras de que o fascismo volva a tomar España e Europa, temos que espertar e transmitir o perigo das hordas fascistas que merodean nas comunidades autónomas e nas institucións». Por su parte, Evencio Ferrero destacó que «entendemos que a humanidade debe primar por riba de calquera outra cuestión» y la importancia de «pensar nos que foron cruelmente tratados para afondar nesa necesidade de ser solidarios».
Soledad Agra, titular de Igualdade en la Diputación de A Coruña, aseguró que «ter que agardar case 90 anos demostra a pouca xustiza dos asasinados», algo que nunca se podrá reparar completamente porque «nunca se puido xulgar aos culpables». Además, criticó que «seguimos a aprender a historia como a escribiron os vencedores cun branqueamento dos feitos» y señaló que «a verdade aparece escrita nos diarios da súa muller». Por último, Emilio Silva, de la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica, también incidió en que este tipo de actos «deberían estar ocurriendo en un juzgado» y que lo que se puede hacer actualmente es «cambiar la memoria sobre el pasado».