23,38 segundos para Cándida, la veterana que arrasó en el concurso de remalladoras de Arteixo: «Piseille ao máximo»
A CORUÑA
La costurera de A Laracha fue la más rápida al frente de una innovadora máquina con inteligencia artificial
07 dic 2025 . Actualizado a las 05:00 h.A Cándida Castro (A Laracha, 1961) le bastaron 23,38 segundos para remallar seis metros de tejido. Telas de diferentes grosores y componentes. El mérito no lo tienen los chips de inteligencia artificial que lleva incorporados la remalladora que le pusieron entre las manos, sino sus muchos años de experiencia. Cándida empezó a coser de forma profesional a los 31 años, después de haber criado a tres hijos.
Esta vecina fue la clara ganadora del concurso convocado por la empresa arteixana Seone Textil, dedicada a la costura y mercería además de a la reparación de maquinaria del sector. Buscaban a la persona más rápida y ágil con una remalladora de seis hilos con capacidad y tecnología aplicada de inteligencia artificial capaz de unificar las tareas de dos tipos de remalladoras. «Fun probar, a miña experiencia é con máquinas planas, non con remalladoras. Intentei pisarlle o máximo posible», cuenta.
Al certamen se presentaron 51 personas y Cándida, aunque al ver a tanta gente joven se abrumó un poco al principio, no tuvo rival. Tuvo la mejor marca. «Hizo la prueba en 23,38 segundos, ¡que se dice pronto!», exclama José Manuel, de Seoane Textil. La mayoría estuvieron entre los 24 y los 30 segundos. La segunda fue Neli, que terminó de remallar la pieza en 24, 20 segundos. La que más tardó necesitó 40 segundos.
Los concursantes, la mayoría mujeres, vinieron de la zona, pero también de Vimianzo, Viveiro, Burela o Ferrol. La prueba, reconocida con un premio de 250 euros, quería promocionar el trabajo de cientos de personas que en la comarca se dedican al sector textil de forma particular o profesional, así como recordar a las pequeñas y medianas empresas que operan en el sector, como la propia Seoane Textil, especializada en los últimos años en las Jack, fabricadas en China.
«Las máquinas nuevas, como la que empleó Cándida, tienen chips de inteligencia artificial que lo que te hacen es detectar el tejido, el grosor, con unos sensores, de forma que mandan órdenes al motor para ejercer más o menos fuerza en el arrastre. Una máquina convencional no podría trabajar ante tantos grosores diferentes, ante tanta gama de tejidos», explica José Manuel, de Seoane Textil, abierta en 1994.
Para Cándida fue su primera vez ante una remalladora, las máquinas encargadas de hacer los remates en las prendas. «Empecei cosendo cunha máquina pequena na casa, e despois en talleres. Antes había moitísimos por aquí, na Laracha, en Carballo e en Arteixo, onde traballei a maioría do tempo. É un traballo moi bonito, malía que un pouco explotado», recuerda.
Aunque ahora no trabaja, en casa sigue teniendo su máquina de maletín. «Aínda que a remalladora do concurso ten intelixencia artificial, tela que guiar ti, non vai soa! Gustoume vir, sempre se aprende algo», concluye.